Ayer, después de haber sido
trasferido desde Carolina del Norte, donde el jueves pasado asesino a sangre
fría, en una iglesia de Charleston, frecuentada por la comunidad de color a 9
fieles en una iglesia de esta ciudad, Dylann Roof, 21 anos fue inculpado de
aquél asesinato. Presentado ante el juez el joven asesino corre el riesgo de la
pena de muerte, aun en vigor en Carolina del Sur.
La justicia federal americana
habla de “acto de terrorismo interior”. Se preguntarán Ustedes lo qué significa
este abstracto término.
Las interpretaciones pueden
ser diversas, diferentes pueden ser también los criterios y las opiniones al
respecto. “Este conmovedor episodio, explicaba anoche la directora de
comunicación del departamento de justicia americano, Emily Pierce, estaba
destinado, sin genero alguno de dudas, a sembrar el miedo y el terror en esta
comunidad (negra) y el ministerio considera este crimen con todas las perspectivas posibles, comprendido un
acto motivado por el odio y un acto de terrorismo interior”.
Muy grave. Estamos ante otro
género terrorista. Dae’sh no es el único salvaje. Casos como el del joven
Dylann Roof el cual confeso que con su odioso acto quería “desencadenar una
guerra entre las razas” vienen a corroborar que el terrorismo toma diferentes
dimensiones y diversas características y que, como él y muchos otros, existen
lo que podríamos llamar “células durmientes” en casi todos los países del
mundo, especialmente los que han con tribuido a la creación del terrorismo
llamado islamista como Dae’sh, Nusra u otros grupos catalogados de “oposición
moderada”.
“Terrorismo interior” podría
significar, entre otros una peligrosísima fascinación por la “supremacía
blanca”, que, de volver a desarrollarse en Estados Unidos (en una primera
etapa) podría constituir una amenaza no menos grave que la del llamado “Estado
islámico”.
Y es que la lógica aconseja
indagar los subterfugios del “incidente” de la iglesia de Charleston y más
exactamente quién o quiénes está/están detrás de Roof y que es lo que nos
oculta aun el futuro próximo en este, no más de un brote, de un océano de odio
y de segregación de todo tipo en Estados Unidos.
Roof no es, ni mucho menos lo
que en terminología terrorista se llama “lobo solitario”: su presencia en la
iglesia, el arma que tenia, los propósitos proferidos antes y después de
disparar y las declaraciones después de ser arrestado confirman de que se
trata, efectivamente de un “kamikaz” made in USA.
El terreno estaba lo
suficientemente abonado. El terrorismo llamado islamista es obra de muchos no
musulmanes, que junto a la tolerancia cuando no “comprensión” de los actos
terroristas de Israel contra la población indefensa palestina, parece estar
impulsando la reaparición de los supremacistas blancos. El apartheid, símbolo del régimen
segregacionista en África del sur, en Rodesia, hoy Zimbabwe está muy admirado
en Estados Unidos.
En síntesis, estamos ante un
terrorismo, aun en estado embrionario pero infinitamente más peligroso y más
nefasto que el que crearon en Siria, Irak, Yemen, Libia y en otros países árabes
o musulmanes, en el que Roof o los agentes de seguridad que asesinan a sangre fría
a compatriotas de color no es más que la cara invisible del iceberg terrorista
americano.
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