“Nunca podré olvidar a Marta”
repetía, cuando, tratando de comprender lo que pasaba y más exactamente lo que
pasaría, e contestaba “Todo depende del primer instante”.
Era el “primer instante”, pero
la incertidumbre inicial lo eclipsaba todo. A él le daba la impresión de que la
unanimidad de ayer estaba amenazada por las divergencias (o apetitos) de hoy.
Familias enteras daban la espalda a otras por “diferencia política”. - “De
nuevo nos encontramos ante amigos y enemigos y de nuevo debe haber un vencedor
y un vencido”, le dijo a Omar que se interesaba mucho por el curso de los
acontecimientos
-
No lo creo. Debes
saber que al efecto de un enemigo exterior nada iguala en política.
-
¿Qué quiere decir todo
esto
-
Sencilla y
racionalmente que esto no es diferencia, Hach, a esto le llaman pluralismo
-
Y tú, Omar, ¿Con quién
estás?
-
Esto es otra cosa.
Pero te confieso que prefiero esperar un poco para ver claro
-
A esto no le llaman
militancia, sino oportunismo político.
-
Político, económico,
social… todo l que quieras. Pero a mi lo único que me importa es no volver a
salir perdiendo.
Marta tenia razón.: “Todo
depende del primer instante”. Pero ella está ahora muy lejos. Antes de salir de
Marruecos hablaba de un convento en Valladolid, en España.
-
Balad al Ualid, le
había explicado. La ciudad del Ualid que era un califa andalusí.
-
¿Y sigue llamándose
así
-
Si pero con retoques
para adaptar el nombre a la lengua del país.
-
Un nombre árabe
-
Si. Es que entre
España y Marruecos todo pasado fue común y todo presente lo va a volver a ser.
La coyuntura es pasajera. Por más que os deis la espalda, los españoles y los
marroquíes estáis condenados a convivir juntos y en armonía incluso. El
eminente africanista Saturnino Ximenez afirmaba que “ Después de España, no
conocemos a nada más español que Maruecos”
“Nada
mas español… nada más español”, repetía con
una irónica sonrisa.
“Nuestra
señora del Pilar” institución educativa
española en Tetuán donde estudiaron hasta futuros mandatarios españoles, se iba
quedando vacía. Los alumnos y sus familias abandonaban Tetuán y Marruecos,
discreta pero precipitadamente.
-
¿Sabes, Hach? Le
preguntó Hach Dris
-
¿Qué?
-
Lo que pasa aquí en
Tetuán y en el norte de Marruecos hasta hace poco bajo el protectorado español
no ha pasado en ningún país del mundo
-
¿A qué te refieres?
-
Que todo sigue como si
fue programado
-
No te entiendo
-
Ni violencias, ni odio
ni ataques contra el ocupante de ayer. Todos seguimos tratándonos como si nada
hubiera ocurrido. Fíjate como Antonio y sus hijos ayudaban en el adorno de la calle
para la fiesta del Trono.
-
Lo he observado,
transportaba un retrato del sultán de manera religiosa… con sigilo y hasta con
cariño.
-
Porque fue él el
artífice de tan pacífica descolonización.
-
Tú, Hach Dris que
sigues de cerca los acontecimientos…
-
¿Y quién no los sigue
de cerca?
-
No. Quería decir más
que muchos. Más que nosotros. Más que yo, por lo menos
-
¿Qué querías
preguntar?
-
¿Cómo está la situación
en la otra parte de Marruecos?
-
¿Querrás decir en el
Marruecos que estaba bajo tutela francesa?
-
Si, entre otras cosas
-
¿Cómo entre otras
cosas?
-
Me han dicho que España
no nos devolvió ni Sidi Ifni, ni Tarfaya ni el Sahara
-
En efecto, pero son
objeto de negociaciones
-
¿Entre quién y quién?
-
Entre España y Marruecos,
¡claro!
Hach Ahmed Ben Ali constataba
que su amigo no sabia lo que decía y que su respuesta ocultaba su ignorancia de lo que realmente sucedia o habia sucedido. Ni “España” de Tánger ni el "Diario de África" que leía de manera
diaria habían dado, hasta entonces cuenta de nada de “aquello”.
Mañana: capitulo
XI: Rosas y claveles (Tercera parte)
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