Tras la serie de reveses sobre el expediente Malí y la
cuestión del Sahara en el Consejo de seguridad de la ONU, el presidente argelino
Abdelaziz Bouteflika ha decidido nombrar a dos ministros al frente de su
diplomacia. Un reconocimiento de fracaso para la acción de Ramtane Lamamra.
Así las cosas, la diplomacia del país vecino va a tener,
desde ahora en adelante, dos cabezas. Así lo decidido el presidente Abdelaziz
Bouteflika.
Ha promocionado, por un lado a Lamamra a la función de ministro de
Estado, ministro de asuntos exteriores y de cooperación y ha nombrado a
Abdelkader Messahel, ministro de asuntos magrebies, de la Unión africana y de la Liga árabe. O sea; que gana
mas autonomía y se libera de la tutela de Lammara.
Según sus nuevos cargos, Messahel debe concentrar sus esfuerzos
ante la Unión
africana para abogar por la causa del polisario en caída libre en todo el mundo
y en franca devaluación ante sus “defensores”.
En ello va a necesitar un verdadero milagro…. No muy frecuentes
en estos tiempos que corren.
Estos nuevos cambios en la diplomacia de Argelia intervienen,
efectivamente pocas semanas después del revés en el Consejo de seguridad de la ONU sobre la cuestión del
Sahara. Visiblemente, como lo señala “Yabiladi”, se trata de la reacción del “Establishment”
local. Desde hace semanas, hay una carrera contra reloj en la celebración de
reuniones entre el primer mandatario, el patrón de los servicios secretos: DRS,
el general Twfik y el jefe de los ejércitos, el general Gaid Saleh, deslindas a
examinar la situación al día siguiente de la resolución 2218 de los 15 pero no
para determinar la responsabilidad de la malversación y el robo de la ayuda
humanitaria internacional a los campamentos de Tinduf.
La promoción de Lammara es presentada por los observadores en Argel como un fracaso
personal para él. Sin embargo su nombramiento en septiembre del 2013 al frente
de la diplomacia argelina había sido justificado por sus buenos conocimientos
del contexto continental. No fue así y los resultados del llamado “Monsieur Afrique”
así lo corroboran. Menos de dos anos y medio en tanto que canciller los
resultados para el domestico polisarista no son concluyentes. Pero el Sahara
Occidental marroquí y los apetitos argelinos al respecto no ha sido el único
fracaso de Lammara. Tampoco ha brillado por su eficacia en el expediente de Malí,
a pesar de una movilización a gran escala para imponer a Argelia en tanto que único
mediador del conflicto entre las autoridades de Bamako y los grupos armados,
ante los países europeos y ante la
ONU.
Todo indica que ser anti-marroquí convencido ha dejado de
ser suficiente en Argelia. Los resultados, es otra cosa, diametralmente puesta
o por lo menos distinta.
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