El fuerte avance de las formaciones derivadas de los “Indignados” en las municipalices y regionales del domingo pasado en España ha constituido, exactamente-e como preveíamos un auténtico sismo político en el país vecino.
Posprimera vez desde la transición
democrática en España, el retroceso de uno de los grandes partidos (PP o el
PSOE) no beneficia al otro. El PP e el poder ha retrocedido mucho más de lo que
se esperaba, a pesar de signos de recuperación económica, perdiendo 2 millones
y medio de votos en relación a las municipales y regionales del 2011.
Por su parte el Partido
Socialista Obrero español también ha perdido electores en relación al mismo
escrutinio del 2011 aunque ha ganado desde las europeas del 2014, dejando de
esta forma de ser una seria alternativa al partido Popular.
Los nuevos partidos, Podemos y
Ciudadanos, en el centro-derecha, se apoyan en un electorado urbano, joven y de
un nivelo de educación relativamente elevado. Si la tasa de participación ha
cambiado poco a escala nacional, ha resultado en alza en algunas grandes
ciudades.
Una certeza: la vida política española
esta siendo, cada vez más “territorializada”. Lo que es verdad en Madrid, no lo es en Sevilla, Bilbao o Valencia.
En el caso de Cataluña, como lo observa José Ignacio Torreblanca,” el rechazo
de la vieja política constituye también un revés para la causa independentista.
Los electores han mostrado que la cuestión social y la de la corrupción pasan
antes de la de la soberanía”.
Podemos y Ciudadanos han
sabido captar al electorado perdido por el PSOE y el PP. En razón del giro a
favor de políticas de austeridad para el primero, mientras que el PP ha perdido
electores descontentos de alzas de impuestos o a causa de escándalos de corrupción.
El voto del 24-M era, de este
modo, unja respuesta al agotamiento de los españoles tras años de crisis y de
austeridad. “En España, explica Jorge Galindo, la corrupción se ejerce sobre
todo a nivel regional, el de los gobiernos autónomos” por ello la sanción ha
sido particularmente severa durante el escrutinio del domingo.
Hoy por hoy debemos preguntar
si el retroceso de los grandes partidos españoles y la fragmentación política
pueden constituir una fuente de inestabilidad como lo fue en Italia.
Por ahora no seria fácil responder
aunque, en líneas generales se debe descartar toda inestabilidad, debido a
partidos ganadores de elecciones pero cuyo peso y resonancia en Europa sigue
muy limitada cuando no escasa.
Comentarios
Publicar un comentario