Interviniendo ayer (viernes) durante una discusión
publica sobre la cuestión del Sahara occidental marroquí en el marco de los
debates sobre “el papel de la juventud en la lucha contra el extremismo
violento”, la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Samantha Power
ha mostrado que las prioridades en la zona, privilegian actualmente a lucha
contra el terrorismo.
En este orden de ideas, el Consejo de seguridad
de la ONU examina
esta semana la cuestión de la renovación del mandato de la MINURSO para otro año. Estados
Unidos se encargan de redactar el texto de la resolución sobre esta renovación,
misión que le fue confiada desde hace años por el grupo llamado “ de amigos del
Sahara”.
Ayer ante el Consejo de seguridad, la diplomática
estadounidense ha elogiado lo que ha calificado de “esfuerzos de Marruecos para
hacer frente al extremismo violento” y ha explicado que “Marruecos trabaja para
hacer prevalecer un Islam del Justo medio a fin de contrarrestar las ideologías
extremistas violentas”. Una alusión que ha suscitado la “curiosidad” de muchos…
De hecho, el texto de la resolución americana no
comprende ninguna mención a una eventual ampliación del mandato de la MINURSO a las cuestiones
de derechos humanos, motivo de divergencia desde hace 3 años entre Marruecos y
sus adversarios tanto dentro como fuera del organismo mundial.
Reconocidos o no por Argelia, su Polisario y
algunos de sus aliados, los enormes esfuerzos de Marruecos en materia de
respeto de derechos humanos, tanto en sus provincias del sur( Sahara Occidental
marroquí) como en el resto del reino son objeto muy a menudo de elogios de la
comunidad internacional. De tal modo que Marruecos es dado por propios y extraños
como ejemplo e ilustración por su voluntad de mejorar el estado de los derechos
humanos en el país. Mucho se ha hecho, mucho queda por hacer porque, cuando se
trata de la dignidad de los ciudadanos siempre queda algo por hacer. En este
sentido, Marruecos no es Suecia ni Dinamarca, pero tampoco es Argelia o su
Polisario.
Además, la situación en los campamentos de
Tinduf, bajo la responsabilidad directa de Argelia, está marcada por alarmantes
e insistentes informaciones sobre la implicación del Polisario en tráficos de
todo tipo, en los crímenes internacionales y en
colaboración con bandas terroristas que castigan la zona, lo que ha
inducido a la ONU
a tomar cartas en el asunto, no resultando del agrado ni de Argelia ni de sus
domésticos polisaristas.
El voto sobre el mandato de la MINURSO debe tener lugar
el lunes próximo (27-4) y deberá reconducir la misión de la ONU hasta el 30 de abril del
2016.
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