En voz alta: Mundo árabe: ¿fuerza árabe común o una comisión de reconciliación?



Los jefes de estado-mayor de los países miembros de la Liga árabe, han entablado el miércoles pasado en el Cairo sus trabajos destinados, según la Liga, a poner en pie una fuerza árabe conjunta para combatir a los grupos terroristas, especialmente el llamado “Estado islámico”, que muchos de ellos han contribuido a su creación y siguen apoyándolo moral y materialmente.
 
Según el Secretario general de la Liga árabe Nabil Al-Arabi “La creación de esta Fuerza árabe conjunta no tiene, en ningún caso por objetivo formar una nueva alianza o ejercito hostil a algún país, sino de luchar contra el terrorismo y mantener la seguridad y la estabilidad en la región”.
La puntualización de Al-Arabi es, además de pertinente, oportuna e incluso indispensable. No obstante a juzgar por las tomas de posición sobre las diferentes cuestiones árabes, desde que es secretario general de la Liga árabe y el estado de deterioración y de animosidad de las relaciones inter-árabes poco crédito se debe dar a sus declaraciones y a los objetivos anunciados o por anunciar por la Liga árabe.
Afortunadamente, frente a esta nueva iniciativa militar (egipcia, porque el presidente Sissi lleva insistiendo desde hace meses para su creación) ha surgido otra, esta vez civil y pacifica: la propuesta de creación, en el seno de esta misma Liga árabe que no hace otra cosa que alinearse con estos contra aquellos, de una Comisión que se encargará de la reconciliación entre los miembros de la Liga.
Un suspiro. Al final se debe reconocer que ¡aun hay esperanza (nación árabe), Baldomero!
En efecto, el mundo árabe no necesita fuerzas comunes. Bastaría aplicar los principios y la carta fundadora de la Liga árabe para crear un nuevo clima inter-árabe, sin terrorismos, sin miras expansionistas, sin golpes ni golpistas, sin alianzas y coaliciones y sin servidumbre a este o aquél.
Siendo lo que es el mundo árabe y estando como está, una comisión de reconciliación es fuertemente recomendable y recomendada porque es el único medio que queda aun para restablecer los objetivos y las finalidades de los padres fundadores de la Liga árabe cuando decidieron crearla.
Con una verdadera reconciliación, aunque ni estados Unidos ni nadie en Occidente lo pudieran permitir, el mundo árabe se liberaría de todas las lacras que lo castigan actualmente, inaugurando una nueva era de paz, prosperidad, complementariedad política, económica y hasta defensiva.
Por ello, personalmente prefiero mil veces la comisión de reconciliación a una Fuerza conjunta.




Comentarios