La reciente inauguración
por Marruecos del Instituto Mohamed VI de formación de los imames, morchidin y
morchidat (orientadores y orientadoras) para difundir los valores de un Islam
abierto y moderado y contrarrestar la emergencia de movimientos extremistas ha
sido calificada por la vice-presidenta del grupo del partido Popular Europeo
(PPE) en el parlamento europeo, Mariya Gabriel de “enfoque ejemplar”.
Durante la 9 sesión
del consejo de asociación UE-Marruecos, la eurodiputada búlgara dijo que se
trata de una iniciativa que debe ser generalizada para luchar contra la radicalización
religiosa, subrayando que una cooperación puede ser desarrollada con Marruecos
en materia de prevención y de lucha contra la radicalización en África del
norte y en Europa, debido a los enormes esfuerzos desplegados por las
autoridades marroquíes para promover un Islam abierto y tolerante, tanto en su
territorio como en su entorno regional.
Efectivamente aunque
los esfuerzos de Marruecos en este sentido en África del norte chocan con otro
enfoque, menos ejemplar y más hegemónico en la misma región que privilegia estrechos
intereses y que hasta ahora ha costado carísimo a la región, su estabilidad y
su complementariedad: La inexplicable rivalidad (un poco más grave que una
simple rivalidad, siendo el ultimo episodio de la expulsión de un destacado diplomático
en Mauritania uno de los botones de muestra del citado enfoque) obstaculiza toda
cooperación en este dominio, haciendo de la región un terreno fértil para el
terrorismo y la radicalización religiosa.
El Magreb árabe
hubiera podido ser y puede y debe ser un modelo de cooperación regional y de
complementariedad económica… y no lo es y es superfluo volver a explicar las
razones. Los ejemplos abundan y no son las pruebas que escasean: La radicalización
religiosa, hoy, como había sido el extremismo ideológico, ayer no se puede
domar aunque si se puede con una altísima factura dominar o contrarrestar.
Total que, cuando lo
podemos hacer nosotros mismos, porque tenemos medios y estamos preparados para
ello, debemos esperar que vengan del Parlamento europeo o de otros puntos del
globo para elogiarnos o descalificarnos en gestos en términos de sus intereses
y de sus estrategias en la región y más allá de ella (África y oriente Medio).
Afortunadamente los
pueblos en los dos países (Argelia y Marruecos) y en el resto del Magreb árabe
son concientes de la imperiosa necesidad de adoptar un nuevo enfoque regional
(de los 5paises del Magreb) no solo en materia de radicalización religiosa,
sino y sobre todo en el desarrollo económico, en la cohesión social, en la distensión
geopolítica, en la coordinación de las posiciones respecto a los grandes temas
mundiales y a la complementariedad económica que ha dejado de ser una opción
para convertirse en una exigencia estratégica sin la cual ninguno de los países
de la zona puede avanzar por más que crea lo contrario y por más que crea en
sus riquezas naturales.
Comentarios
Publicar un comentario