Cuba, Irán ¿Y Venezuela… y…? Marketing geopolítico


Con las, hasta ahora, declaraciones de intención sobre Cuba e Irán, el presidente Barack Obama trata de aportar una indispensable rectificación a la política extranjera de Estados Unidos con estos dos polos conflictivos que se han convertido en pilares de esta política exterior.
 Raul Castro et Barack Obama, le 11 avril 2015 : une parenthèse de plus d'un demi-siècle d'antagonisme entre les deux pays se referme. (Pablo Martinez Monsivais/AP/SIPA)
Las explicaciones (para muchos interpretaciones o justificaciones) abundan. Tampoco escasean las discrepancias en torno a la valoración y evaluación de las últimas iniciativas del presidente americano en materia de política exterior de su país, una de las más creíbles consiste en que Obama está a dos anos del fin de su mandato, sin preocupación alguna en cuanto a su reelección.
Razón de más para que se llame al pan, pan y a la justicia lo que es.
No se puede ir sacando a un país (Cuba) del eje del mal y meter a otro (Venezuela).  Es, además de incongruente, indeciso e inmoral… tan inmoral que suscita serias dudas en cuanto a la buena voluntad del inquilino de la Casa Blanca y de su administración.
Arde el mundo con mil y un foco de tensión, de crispación, de conflictos y de pérdidas de todo orden con el mismo culpable y las mismas intenciones geopolíticas y apetitos económicos y expansionistas.
Obama ha tratado de aportar un comienzo de respuesta a esta cuestión al querer dar la impresión de que operaba un giro de 180 grados en la función de la injusticia atroz de su país para con (esperemos para comenzar) Cuba e Irán.
La pregunta o las preguntas que se plantean hoy por hoy son, primero: ¿Qué es lo que ha ganado Estados Unidos, tratando de hacer padecer hambre a un pueblo como el cubano a unas millas de las costas de su Florida o al iraní muy lejos? O lo que es igual ¿Qué ganaría Estados Unidos y el mundo con la distensión con la isla caribeña, con la republica islámica y con todos los demás traumatismos que han marcado y siguen marcando profundamente a los americanos?
Estados Unidos no lo se, Obama si. Pasará a la historia como el presidente americano que había optado por la justicia y el sentido común. Y no es poco, en un mundo en plena mutación, donde el nefasto papel de Estados Unidos puede y debe eclipsar sus poderíos tanto militar como económico y geopolítico.
Si. Optando por la paz, por la justicia internacional, por la equidad y por la distensión en el mundo, el presidente Obama tiene la oportunidad histórica de estados Unidos un verdadero “Big Brother” (hermano mayor) de todos los países del mundo. Lo que no solo le valdría un pedestal, sino también contribuiría a la campana electoral de Hillary Clinton a la que abriría el apetito de la paz y de la concordia.
No cabe duda que el apretón de manos entre Obama y Raúl castro el pasado día 10 en Panamá, al margen de la Cumbre de las Américas ha marcado el fin de ostracismo que había durado una eternidad. Pero faltan muchos otros apretones de manos, de buenas intenciones, de buena voluntad y de reconocer el derecho a discrepar.
Ucrania, las siempre difíciles relaciones con Rusia y su presidente Vladimir Putin, la desconfianza, cuando no parquedad hacia la potencia emergente China Popular, Oriente Medio, el apoyo incondicional a Israel, los acosos a países como Venezuela cuyo único crimen es rechazar la servidumbre y caucionar la injusticia en las relaciones internacionales, constituyen algunos de muchos expedientes que hacen que nuestro mundo sea muy peligroso

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