Terrorismo: La “providencial” reclutadora de “Dae”sh”



 Samira Yerou, es una de las muchas mujeres marroquíes afincadas en Europa que intentaron incorporarse a la banda terrorista de “Dae’sh”. Con su teléfono y su ordenador y tableta recluta para la nebulosa terrorista… y lo que es mejor: fue detenida, el fin de semana pasado a su llegada al aeropuerto Prat procedente de Turquía en España, acusada de pertenecer a una organización  terrorista.
 
El diario El País cuenta su pequeña historia: Conoció a su marido en España “adonde había emigrado en 2000 desde Marruecos tras terminar el bachillerato. Trabajó en una fábrica y limpiando alguna casa para sacarse algo de dinero en negro y, de ese modo, complementar las pequeñas ayudas económicas que recibían de la Generalitat.
Él, también marroquí, se ganaba la vida como pintor y se quiso casar al poco de conocerla —allá por el 2006—. El nacimiento de Mohamed en 2012 en Barcelona no fue un acicate para el joven matrimonio, asentado en una humilde casa del municipio de Rubí, sino todo lo contrario. A los pocos meses de dar a luz, Samira regresó a Tetuán con su familia. Según contó su marido a los agentes de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, estaba cansada de las continuas discusiones provocadas por una economía precaria. Con 30 años y con la sensación de haber fracasado por segunda vez en un matrimonio —estuvo casada antes en Marruecos— volvía con su bebé a su país.
En menos de un año, Samira se ha radicalizado aunque nadie lo podía sospechar, ni siquiera sus familiares más próximos como su hermana a pesar de que “pendiente y celosa de dos teléfonos móviles y de una tableta a través de los que mantenía contactos constantes con destacados líderes del llamado “Estado Islámico” y referentes religiosos en Siria, Irak, Emiratos Árabes, Arabia Saudí y Jordania”.
Samira se había perdido: pasaba el día “navegando entre las redes sociales, especialmente los de las hordas terroristas. “Fue allí donde encontró a su novio virtual, un hombre que le daba consejos, que le prometía un futuro mejor en Siria —a ella y a su hijo—, una “vida pura”, le hablaba de la educación especial y las remuneraciones que recibían las mujeres que se unían a la “defensa del Islam, que estaba siendo atacado por Occidente” y a las que luchaban contra “los chiítas iraníes que querían invadir Siria”.

Nadie sabe como, donde, cuando y por qué, Samira, como relata El Pais, “ no iba a ser sólo una historia más de amor virtual radical, similar a la de las 550 mujeres que se calcula que se han integrado en el EI desde Europa mordiendo un anzuelo emocional. Ella tenía algo que la hacía distinta de las demás. Algo que la iba a convertir en una pieza clave, en una mujer VIP para el Daesh. Samira sería el imán que atraería —según los investigadores— a al menos otras 40 mujeres hacia el llamado “Estado Islámico”, ávido de sumar chicas en edad fértil a sus filas para garantizar la supervivencia del autoproclamado “califato suní. Samira se iba a convertir en una reclutadora ».
Total de pacifica y pacifista emigrante en busca de mejorar el nivel de su vida y el de su familia, Samira se convierte en poco tiempo… menos de lo que se creería, en un peligroso imán que atrae mujeres, en su inmensa mayoría jóvenes, destruyendo familias y atentando contra los valores morales y religiosos de estas familias: “Las mujeres captadas por Samira partieron desde Bélgica, Italia, Francia, Rusia y de países árabes. De Oriente y Occidente. Las seguía, “conocía los días que tenían previsto emprender el viaje, sus escalas, las que habían logrado pasar, las que habían sido paradas en la frontera”, aseguran fuentes de la investigación. Decenas de jóvenes que habían caído en las redes (sociales), estratégicamente desplegadas por miembros del califato, auténticas estructuras de reclutamiento virtuales. Todo un sofisticado sistema de captación de chicas, estudiado y orquestado por los propagandistas del EI a través de Internet”

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