El secretario de Estado norteamericano acabó por reconocer que Estados Unidos estarían dispuestos a discutir con el presidente sirio “si ello permitiría poner fin al conflicto” que en 4 anos ha causado más de 215 000 victimas.
El resto son detalles. Una
nueva ecuación cobra cuerpo en Oriente
Medio. John Kerry ha dicho que “Washington trabaja encarnizadamente para
impulsar los esfuerzos tendentes a encontrar una solución política al conflicto”.
La declaración del secretario
de Estado estadounidense coincide con persistentes rumores de un acuerdo con Irán
sobre su expediente nuclear.
En 4 años y con casi un cuarto
de millón de victimas muchas voces se habían alzado para exigir más sentido común
y el despliegue de esfuerzos para encontrar una solución política en Siria, que
siempre era más que posible y menos que difícil.
Para ello todo el mundo, sobre
todo, los propios sirios de todos los bandos, debe ponerse de acuerdo para
despejar un consenso, inherente de disuadir a todos los adversarios políticos sirios,
principalmente el presidente Bachar Al Assad, a aceptar el veredicto popular en
una consulta auspiciada por Naciones Unidas y acreditada por Estados Unidos,
Rusia y los países de la región, especialmente Egipto e Irán.
Las declaraciones de Kerry hoy
(domingo) han sorprendido a más de uno, espacialmente a los franceses, cuya postura
para con Siria y su conflicto ha sido siempre in congruente y poco consecuente.
No obstante, la casi derrota
de Dae’sh en Irak, la desbandada de otras bandas terroristas, entrenadas,
armadas y lanzadas por Israel y otros países de la región y de fuera de ella en
el sur del país crean nuevas coordenadas de una nueva función con la que se debería
comportar de manera diferente y sobre todo realista y acorde a la emergencia de
una nueva mentalidad literalmente distinta y distante de la que prevalecía a
comienzos del conflicto sirio y en el curso de la llamada “Primavera árabe”.
Tanto Estados Unidos como el
resto de los países occidentales son concientes del uso por las bandas
terroristas en Siria y ahora también en Libia de armas químicas sin denunciarlo
por temor a “blanquear” al régimen de Damasco.
El panorama que presenta Libia
y que podría presentar el Yemen más una abstracta situación securitaria en la
propia Arabia saudita donde la embajada americana en RIAD ha anunciado el
cierre de sus consulados en este país por razones “securitarias” vuelve a plantear
la acuciante necesidad, mil veces repetida aquí en Conacentomarroqui, de acabar
con los focos de tensión en Irak y en Siria, única manera de frenar para
posteriormente acabar con el avance de Dae’sh hacia otros países del occidente árabe.
Evidentemente aun no estamos
en una dinámica de paz ni en Siria ni en Irak, lo que no nos debe impedir
formular nuestros votos de que todo el mundo aunara sus esfuerzos para poner
fin a tanto horror, a tantas, lágrimas, a tanta destrucción y a tanto miedo…
Un domingo de esperanzas…
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