¡Increíble!
Menos de 24 horas después de
que, en un sobresalto de realismo geopolítico, el secretario de Estado americano,
John Kerry anunciara que su país acabará negociando con Bachar Al-Assad, algunos
países occidentales, muy especialmente Francia, en un alarde de mandato de
protectorado sobre Siria acordado por la
ONU, comienza a
barajar las soluciones a este país. Para Paris, el pueblo sirio que ha
resistido durante largos y criminales 5 anos de guerra y destrucción, ni es adulto
ni está vacunado. Su destino lo “debe” decidir Laurent Fabius, el ministro
francés de exteriores y por si fuera poco, desde ahora en adelante,
proliferaran las ONG que afirmaran el uso por el “régimen” sirio de armas químicas.
La reciente denuncia de los kurdos de la utilización de estas armas por Dae’sh
y otros grupos terroristas, creados, financiados armados y lanzados contra países
independientes, soberanos y miembros del organismo mundial no “debe” inquietar
a “nadie”. Como si no bastara lo que Francia, su sionista Bernard Henry Levy y
otros hayan hecho con Libia y su pueblo mártir.
Al final se puede afirmar sin
riesgo de incurrir en ninguna exageración que, independientemente de si es
atinado o no, el balón de sondeo de Kerry ha servido para desenmascarar a los
que no desean paz en Oriente Medio ni en ninguna parte del mundo. Francia, recordémoslo
de nuevo, es el principal vendedor de armas de muchos países, entre ellos
Marruecos y bandas terroristas, entre ellas Dae’sh, cuya financiación viene de
otros países.
Cobra y no quiere que esto
desaparezca de sopetón.
Siria tiene un presidente.
Contestado o contestable, sin duda, pero también un pueblo incontestable e incontestado
que ha dado prueba de su madurez y, lo que es mas importante conoce a la perfección
las miras mercaderas de Paris.
Al final, Francia,
tercermundista que es no va a tener ningún papel en la futura solución de los
conflictos en Oriente Medio. Su papel en Libia y sus infructuosas tentativas en
Túnez van a servir de acicate para rechazar sus granos de arena… movediza en
cualquier solución en el Próximo Oriente.
Y Turquía que se dirige
vertiginosamente hacia el fin de su “milagro económico”, éxito sobre el que
Erdogan ha edificado todas sus victorias hasta ahora, el crecimiento económico
turco está en pleno ocaso. Solo la continuación de estas aguas turbias (incertidumbre
y demagogia patriotera) puede cambiar las tendencias.
En espera, la semana vera “muchas
“revelaciones” sobre “atrocidades” del ejercito sirio y tal vez, desde Francia
y su prensa, de las virtudes de Dae’sh y demás síndromes terroristas, hijos legítimos
de Francia y otros.
Sin embargo… no hay guerra que
dura 100 años y los sirios, no Fabius ni Erdogan decidirán su futuro.
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