Bastó la ejecución de un presunto agente del Mosad, un árabe israelí y las con siguientes amenazas de Dae’sh a Israel para que todo convulsione, tanto en las intenciones como en las concepciones de lo que debe ser la región.
Dae’sh como Frankestein difícilmente
puede respetar sus acuerdos y sus compromisos con sus disenadores. Y así fue:
para asentar su empresa sobre el territorio que controla (hasta ahora aunque
cada vez menos) en Siria y en Irak, el llamado “Estado islámico” multiplica los
tráficos y actividades criminales.
Washington acaba de darse
cuenta de que detrás de el “’problema Dae’sh” hay el efecto “dinero de Dae’sh”
que no siempre ni en gran parte va al tesoro estadounidense: tráfico de cigarrillos,
drogas, contrabando de petróleo expoliado, falsos papeles, tasas sobre los tráficos
que atraviesan “su” territorio, además de extorsiones, raptos y rescates, y
finalmente aunque la lista es interminable ingresos de la venta de antigüedades
sirias en Turquía y en otros países europeos.
Toda una gama de actividades
que hacen de los “ingresos” de la organización terrorista, más diversificados
que muchos países.
Estados Unidos lo sabía pero
no lo revelaba. De tal modo que, al hablar de los “medios de cortar los
ingresos de Dae’sh” no se evoca más que el petróleo.
No obstante y Dae’sh lo sabia
pertinentemente si se destruyera los campos petrolíferos, entonces la economía
no funcionar) después, lo que no es deseable. Se debe tener en cuenta el
presente y el futuro económico de la región aunque algunos países de la región creían
ingenua pero firmemente en la posibilidad de alzarse como los únicos
productores y exportadores del oro negro.
La lucha contra el terrorismo
ha pasado siempre aunque Estados Unidos y sus aliados lo hayan disimulado, por
la lucha contra la criminalidad. Las conexiones son más que evidentes y los
servicios de política deben reaccionar lo antes posible para hacer frente a
esta situación nuevamente creada.
Los países, a su frente Turquía
de Ordogan, que creían, que con la destrucción de Siria y de Irak harían el
negocio del siglo se han equivocado mortalmente. El pos-Dae’sh estaría marcado
esencialmente por la emergencia de una nueva potencia regional: Kurdistàn que,
entre otras “nefastas” consecuencias”, conllevaría una amenaza tan directa como
fatal al PJD turco y su futuro político.
Todos los cómplices de esta situación
han salido perdiendo, de donde Estados Unidos, sin consultar previamente a
ninguno de sus aliados ni domésticos regionales ha vuelto a recordar que tiene
amigos o adversarios, sino simple y racionalmente intereses: Desde ayer
(domingo (15-3) Washington ha cambiado el discurso respecto al presidente
sirio. La idea de negociación con el mandatario sirio hace su camino entre las
posibles soluciones.
No obstante, hasta aquí no
depende de Estados Unidos ni de sus socios atlánticos ni mucho menos de sus satélites
regionales, sino del propio régimen sirio que estrena el quinto año de la
guerra con un reconocimiento implícito y explicito de los que buscaron sin encontrar su ruina.
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