Según fuentes concordantes, decenas de mujeres, casadas por fuerza a “combatientes” de Boko Harám fueron asesinadas por sus “maridos” en Nigeria con el pretexto de “quedarse puras hasta que encuentren el cielo”.
No. Esto no es Islam. No es religión… ninguna religión. Es otra “cosa”.
Peor destino han encontrado centenares de mujeres en
Siria o en Irak y muy recientemente en Libia. Sin embargo, como si de un fenómeno
extra-natural se tratara, todo esto no parece haber disuadido a cierta categoría
de mujeres a emprender esta aventura cuyo desenlace sigue hasta ahora
desconocido e incierto. El inmoralmente llamado “Yihad (o guerra santa) sexual”
sigue atrayendo a jovencitas a veces como en agosto, cuando la policía española
detuvo a Fauzia Allal Mohamed, de 19 años y otra chica de 14 años que la acompañaba,
cuando se disponían a volar a las zonas de combate de Siria o las jóvenes
Shamina B., de 15 años; Kazida S., de 16, y Amira A., de 15, emprendieron el
viaje hacia Siria desde Reino Unido para unirse a las huestes terroristas. Fueron
vistas por sus familias por última vez el 17 de febrero, antes de embarcar en
Londres en un vuelo hacia Estambul (El País).
El diario El País daba ayer cuenta de la historia de una
joven marroquí establecida en Cataluña, Samira Yerou que dijo "¡Esto es un
hombre de verdad y no tú!", le espetó a su marido mostrándole la imagen en
su móvil de un barbudo, un combatiente del llamado “Estado islámico ».
Ninguna de las que se unen a las hordas terroristas en
Siria o en Irak eran o habían pensado un día ser musulmanas de verdad…practicantes.
En el “EI” encontraron el extravío que buscaban.
No. Esto no es Islam. No es religión… ninguna religión. Es
otra “cosa”.
En otro orden de ideas, según estimaciones publicadas en
enero pasado por el Instituto para el Dialogo Estratégico de Londres, una
organización independiente, unas 550 europeas se han unido al llamado “Estado
islámico”. Más de medio millar procedentes de Europa y otras decenas procedentes
de algunos países como Túnez. Curiosamente
ninguna joven llega se une a Dae’sh desde los países del Golfo, pese a que
algunos de ellos son considerados como promotores de tan extremista pensamiento
dogmático.
¿Qué es lo que seduce a estas
jóvenes a pesar de tanta atrocidad?
Solo las huestes terroristas
ni en Siria ni en Irak, ni en Libia ni en ninguna otra parte del mundo hubieran
realizado tan abstracto objetivo.
No. Esto no es Islam. No es religión…
ninguna religión. Es otra “cosa”.
El 16 de diciembre del 2014, la Comisario general de
Información española, en operación conjunta con los servicios de inteligencia
marroquíes, detuvieron a 7personas, cinco de ellas en España y dos en Fnideq,
en Marruecos, de las que 4 eran mujeres (una de ellas menor). Y otras 12 habían
sido captadas a través de las redes sociales y foros de WhatsApp.
Difícil a creer. Hay otra
“cosa”. Otro apoyo logístico. Algo que, hasta ahora todos, unos ignoran, otros
fingen ignorar.
Las actas de interrogatorio de
los diferentes departamentos de la policía con células y redes de reclutamiento
nunca fueron desveladas.
La situación de las que se
fueron hace años no debe incitar a las demás a optar por este tipo de aventura,
cuyo desenlace no puede ser más que fatal.
Sin embargo…
Pero, ¿Qué pasa? ¿Quién está
realmente detrás de Dae’sh y demás huestes presuntamente fundamentalistas?
El destino de la inmensa
mayoría de las mujeres que se unieron a estas hordas terroristas es
desconocido. Muchas de las cuales no han dado señal de vida desde hace años o
meses. Un viaje con boleto simple.
Sin embargo… siguen uniéndose
a estas bandas.
Todas pasan por Turquía, pero hasta
ahora nadie se ha atrevido a importunar o a inquietar a las autoridades turcas.
No. Esto no es Islam. No es religión…
ninguna religión. Es otra “cosa”.
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