A juzgar por la historia que les vamos a contar seguidamente, la mujer marroquí sigue sin conquistar el acceso a funciones de dirección con el riesgo, de no lograrse cambiar esta situación, de ver un nuevo flujo de fuga de cerebros y de competencias: esta vez de mujeres en busca de funciones adecuadas.
Según una directora de
operaciones en Rekrut.com, citada por L’Economiste y por “Le360” frente a los
estereotipos, muchas pistas para promover el acceso de la mujer a puestos de
responsabilidad fueron expresadas durante el quinto encuentro anual de los
consejeros de Comercio exterior, un acontecimiento que el citado diario ha
cubierto.
Según las ultimas estadísticas
del Consejo económico, social y medioambiental, tan solo el 12% de los puertos
de dirección están ocupados por mujeres. Y la tasa de actividad de las mujeres
ha conocido incluso una regresión durante el último decenio.
Poner fin a las ideas
preconcebidas y combatir el humor sexista en la empresa, según muchos ponentes,
comienza desde la infancia. Pero, para no perder tiempo, paralelamente a las
medidas educativas y de alegatos, el embajador francés en Marruecos ha invitado
por su parte a la instauración de cuotas en las empresas, recordando el ejemplo
francés: desde el 2011, una ley impone una cuota del 40% de mujeres en los
consejos de administración de las grandes y medianas empresas.
Para concluir, L’Economiste
recuerda el riesgo si no se proceda a ampliar el lugar para las mujeres: un éxodo
de competencias. Algo así como una fuga de ceberos femeninos. El gabinete
Boston Consulting Group ha publicado recientemente un informe que revelaba esta
cifra: 65% de las marroquíes están dispuestas a trabajar en el extranjero. Sin
contar que una mejor participación de las mujeres permite, a menudo, un
crecimiento mas sostenido del Producto Interior Bruto (PIB), según la directora
de Rekrute.com.
De hecho la emancipación femenina
en un país como el nuestro no debe basarse en criterios importados ni en apetitos
de machistas-leninistas o de marxistas-femeninitas, sino de la idiosincrasia
del país, de sus milenarias tradiciones, de su religión y de su histórica forma
de actuar. De donde un consenso nacional en torno a los derechos de la mujer,
que dicho sea de paso, figura entre las mujeres mas avanzadas y con más
derechos entre los países del mundo.
Lo de “cortar y pegar” ha
fracasado en mas de un dominio. La mujer marroquí puede imaginar la forma y el
método, más civilizados para conquistar sus derechos, de conformidad con lo que
ha sido y es y al amparo de la especificidad de su entorno nacional, la cultura
y la manera de actuar nacionales.
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