Jóvenes, oriundos de los
campamentos de Tinduf pero que viven en Europa han lanzado un grito de alarma a
la Alta Comisaría
para los refugiados. Aunque no se consideran oponentes a Argelia y su
Polisario, su iniciativa traduce un profundo malestar compartido por una mayoría
silenciosa que se siente abandonada por una ACR silenciosa (casi cómplice),
y cada vez más preocupada en protegerse
de la ira de Argelia.
Según “Yabiladi” jóvenes sahrauies
acaba de dirigir cartas a las delegaciones de la ACR en Paris, Madrid, Nueva York, Estocolmo,
Ginebra y Argel destinadas (las cartas a sensibilizar al organismo de la ONU sobre las malas
condiciones de vida que padecen las poblaciones de estos campamentos de Tinduf en
el desierto argelino, desde hace más de 39 años. Instan en sus cartas a la ACR a asumir plena y
debidamente sus responsabilidades en la protección de la población de los campamentos
de Tinduf, tal y como está definida por la Convención de 1951
sobre el estatuto de refugiados.
Justamente, los sahrauies de
Tinduf han sido excluidos de la lista de los beneficiarios de las ventajas que
acuerdan estos tratados a los desplazados. “Los refugiados sahrauies están
considerados como una excepción por la
ACR, alegando que son refugiados colectivos. Este argumento
ni es convincente ni lógico. Lo que ha permitido a la Alta Comisaría para los
refugiados a extraviarse de sus responsabilidades jurídicas, desde 1976”, denuncian los autores
de las cartas.
Desde el estallido del
conflicto en 1976, el padrino argelino ha hecho todo para alejar a la ACR de la gestión de los campamentos,
especialmente de la distribución de las ayudas entre los habitantes, asignando
un papel de observador pasivo a los agentes de la
ONU. Una empresa exitosa y lo corrobora, cuando
menos, las múltiples solicitudes, nunca respondidas desde 1979, de la ACR para un censo de la población
de los campamentos.
Resoluciones del Consejo de
seguridad del 2013 y del 2014 han reiterado el mismo deseo, hasta ahora
infructuosamente a causa de la rotunda negativa de Argelia que sabe
pertinentemente lo que encierran los campamentos, como funcionan y quién es
refugiado, quién es refugiadizado y quién está secuestrado.
Es posible que la ACR responda favorablemente a
la solicitud de estos jóvenes sahrauies. Fuertes presiones argelinas impiden a
la instancia onusina acordar a la población de los campamentos el estatuto de
refugiados. Un césame que abriría a miles de personas a asumir plenamente su
derecho a la autodeterminación, optando entre quedarse o abandonar los
campamentos hacia otro país, lo que, evidentemente no contribuye a los
intereses de Argelia y su doméstico Polisario ni figura en sus planes
cualquiera que sea el sufrimiento, la privación y la exclusión de estos rehenes
de Tinduf.
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