Francia desearía, que los
Emiratos Árabes Unidos financien la adquisición de material destinado a Túnez
para reforzar el aparato securitario de este país “amenazado por el terrorismo”.
No se trata de un gesto para ayuda a Túnez a luchar contra el terrorismo
como tampoco lo fue para ayudar al Líbano a hacer lo mismo. Se trata de
operaciones comerciales con fines mera y vergonzosamente luicrativo.
O sea: que nos equivocamos los
que creemos que el terrorismo es malo para todos. O lo que es igual: no
acertamos los que creemos que la lucha antiterrorista tiene por objetivo acabar
con esta lacra de los tiempos modernos.
Malo, para unos, no lo parece
tanto para otros. El terrorismo se ha convertido en moneda de cambio y de…intereses.
La transacción contemplada por
Paris no es la primera en el mundo árabe: con el pretexto de armar al ejército
libanés, asimismo “amenazado por el terrorismo” Francia realizo este mismo
modelo de venta de armas y material bélico, contando en aquella vez con Arabia
saudita para financiar este “choping list” de unos centenares de millones de
euros.
¿Puede haber un país occidental
(mas concretamente europeo) que renuncie a tan lucrativo aunque inmoral operación
“financiera en nombre de seguridad de unos Estados arabes?
Se han vendido inimaginables
cantidades de armas a, no solo Estados soberanos, victimas de la agresión terrorista,
sino, también y sobre todo a las bandas terroristas agresoras. Lo que, por
constituir una fuente de cuantiosos ingresos en estos tiempos de crisis, hace
legitimas las dudas sobre la intención y la voluntad de muchos países productores
de armas en luchar contra este flagelo, cuando no protegerlo, desarrollarlo y
extenderlo.
En la perspectiva de la visita
a Francia del presidente tunecino Beji Caid Essebsi, los días 7 y 8 de abril próximo,
muchas reuniones han tenido lugar estas últimas semanas en Paris entre
responsables tunecinos y franceses y también emiraties. El objetivo de estos
discretos conclaves no tiene absolutamente nada de beneficencia ni de ‘apoyos a
la democracia’ como se suele cantar, sino elaborar un montaje a tres para
permitir a Túnez “reforzar el aparato securitario de la joven democracia tunecina
amenazada por el terrorismo”.
Francia no es el único país
que se “está forrando” gracias al terrorismo. Otros países, unos, como Francia
por la multimillonaria venta de armas, otros por miras geopolíticas, todos por intereses
propios que nada tienen que ver ni con la libertad esgrimida, ni con la
democracia esbozada ni por ningún valor moral o ético.
Así las cosas, que cada uno
piense si es fácil acabar con el terrorismo y si es fácil creer en misiones de
coaliciones dirigida por Estados Unidos y compuesta por los patrocinadores de
este terrorismo.
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