Después del grupo de Gjijmat y los “regresados” origen de Gdim Izik en el 2010, Marruecos
¿Tropezará otra vez en la misma piedra colocada por Argelia? La pregunta es de
“Yabiladi” que señala esta mañana que miles de sahrauies de nacionalidad
mauritana piden instalarse en Marruecos.
El viernes pasado, sigue contando “Yabiladi” unos 400
sahrauies de los campamentos de Tinduf organizaron una sentada ante el consulado marroquí en
Nouadhibou, reclamando el “retorno a la patria madre”.
Persuadido de que se trata de una nueva ola de
“regresados” el diputado de Guelmim Omar Bouida, ha decidido dar cuenta de ello
en una carta al ministro de Exteriores para facilitar la acogida de estos sahrauies
en su provincia. Misma campanada ante M’barka Bouida el Nº 2 de la diplomacia
marroquí que declaro el jueves pasado que miles de sahrauies esperan con impaciencia el retorno al reino.
No obstante, las apariencias engañan y pueden engañar de
nuevo. Todo indica que “algo” se prepara desde hace un ano, justamente desde
las legislativas de noviembre y diciembre del 2013.
En un reciente articulo “Yabiladi” evoco la participación
con la autorización de Argelia y su Polisario de miles de habitantes de los
campamentos en este escrutinio. Votos, destinados, esencialmente, a reforzar al
partido del “presidente” vitalicio Mohamed Abdelaziz, “la Unión por la republica”.
Luego tomaron parte en las presidenciales del 21 de junio del 2014.
¿En qué quedamos: argelinos o sahrauies?
Desde entonces esperan la luz verde de Marruecos para
entrar al Sahara y disfrutar de las ventajas que acuerda el titulo de
“regresado” a la patria madre: una casa para las familias y una ayuda mensual
de 1 600 Dh (la famosa “cartilla”) para cada miembro de mas de 18 años.
El espectro de Gdim Izik
Además del costo financiero de la operación, hay asimismo
un riesgo político. En efecto, es más que probable que el grupo sea infiltrado
por miembros del Polisario expertos en el montaje de protestas armadas como
sucedió en el desmantelado campamento de Gdim Izik en los arrabales de la
ciudad de Layun, donde elementos polisaristas asesinaron a sangre fría a 10
elementos de las fuerzas del orden antes de profanar su dignidad póstuma y
acabar con una “Darraia” ante la justicia.
Un precedente recordado con la euforia que había suscitado en la prensa
marroquí el “regreso” a la patria madre de centenares de hermanos de los
campamentos de Tinduf.
En la primavera del 2008, Marruecos había acogido a 1200
sahrauies de nacionalidad mauritana. Una operación auspiciada por el Consejo real
Consultivo para los asuntos del Sahara (CORCAS). Pocos meses después, la
mayoría de ellos vendió las casas obtenidas a costa del contribuyente marroquí
para comprar vehículos todo-terrenos y regresar a los campamentos en Tinduf.
La pregunta es pues: ¿Caerá de nuevo en la trampa
Marruecos, aceptando recibir en su territorio a mas de 5 000 sahrauies de
nacionalidad mauritana?
Antes de responder, se debe reconocer que indudablemente,
todos los marroquíes secuestrados en los campamentos de Tinduf o en otros
puntos de la geografía mauritana tienen el pleno derecho de regresar a su país
como tampoco puede ser cuestionable el derecho de Marruecos de tomar todas y
cada una de las disposiciones para que no se repitan los ejemplos de Gjijmat ni
de la masacre protagonizada por los pro Polisario en Gdim Izik.
Se trata de una cuestión de orden pública y de seguridad
ciudadana, además de su carácter de integridad territorial cuya misión de protección
y preservación incumbe no solo al gobierno, sino a todos los marroquíes.
Lo de matar con pantalones vaqueros y comparecer ante la
justicia con atuendo saharaui debe acabarse porque el turbante y el habito no
hace el saharaui.
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