La federación real marroquí de
fútbol (FRMF) tenia muchas opciones para reaccionar a las sanciones infligidas
por la confederación africana de fútbol (CAF) a raíz de la solicitud de
aplazamiento formulada por Marruecos a causa de los temores de propagación del virus
de Ebola y rechazada por la CAF.
Las sanciones consisten en una
suspensión para las ediciones de la CAN 2017 y 2019 y 10 millones
de dólares de multa y de danos y perjuicios.
La FRMF podía
aceptar, negociando en pasillos, ir al tribunal arbitral deportivo de Lusanne o
incluso recurrir a la FIFA. Finalmente
ha preferido reaccionar en dos tiempos:
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Por un lado rechazar
en bloque el conjunto de las sanciones en un lenguaje áspero: “El comité
Director de la FRMF
rechaza el conjunto de estas sanciones deportivas y financieras y considera que
las decisiones tomadas por el Comité Ejecutivo de la CAF contradicen el desarrollo
del fútbol africano y no descansan sobre ninguna base reglamentaria”.
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Encargar al presidente
Fauzi Lakja’a a tomar las medidas apropiadas.
La FRMF ha dado
a conocer su decisión en un comunicado publicado anoche (martes 10-2). Otro
episodio de una nueva telenovela se abre pues para la FRMF que va a ser, además de difícil,
controvertido y conflictivo.
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