4 años después de la caída del
régimen del coronel Ghaddafi, la « revolución » Libia ha sido, según
los occidentales confiscada por el llamado « Estado islámico ». Como
si este “estado islámico” de Libia es diferente al existente en Siria o en
Irak.
Se preguntarán Ustedes, como
muchos verdaderos demócratas si se puede
llamar “revolución” a una hija legitima de la OTAN en coordinación con satélites periféricos
regionales.
4 anos después The Guardian británico
escribe hoy: “Se está muy lejos de las esperanzas de los revolucionarios”. ¡Observen
ustedes la desfachatez y la tomadura de pelo! Los británicos elogian la revolución.
Es signo del fin del mundo. “Con sus reservas petroleras más importante de África
y una población de a penas 6 millón es de personas para compartir estos
ingresos, Libia parecía dispuesta a un futuro brillante”, precisa The Guardian.
En efecto, aunque ni el
rotativo inglés ni nadie en Occidente llama al pan, pan y a la “Primavera árabe”
lo que es, ha bastado menos de 4 años desde aquél simulacro de escrutinios (
julio del 2012 y junio del 2014) internacionalmente “reconocidos” como democráticos,
Libia por su carácter ficticio y artificial, ha alcanzado, como escribe hoy
Libya Herald “ un tal mal nivel de anarquía, vacío institucional, quiebra
securitaria e irrespeto de las leyes”…todas las ,leyes, salvo la del mas
fuerte, como diría Benyamin Natanyahou.
!Otra democracia como esta y estamos perdidos!
Desde finales de agosto, Libia
esta dotada de dos parlamentos y de dos gobiernos. ¡Un cachondeo!
4 años después, con el frente
abierto con el ejército egipcio, Libia corre el riesgo de encontrarse en el centro
de un conflicto internacional.
Todo ha sido minuciosamente
preparado, como en Siria, en Irak, en Egipto.
De dictadura a dictadura. De obscurantismo
a obscurantismo y de mal a peor.
¡Silencio, se ensayan
estrategias!
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