Desde hace casi dos semanas en
Israel, mando militar, prensa y sociedad civil están histéricos. Comentarios a
todos gustos, amenazas “a punta pala” e inquietudes que superan la lógica y la razón:
Siria (según las autoridades israelíes) apoyada por Hizbolah) avanzan
inexorablemente en el frente sur, arrasando a su paso a los grupos terroristas
que proliferan en la zona con la ayuda de la entidad sionista y algunos países
vecinos.
Pero ¿Por qué teme hasta la
locura Israel de Hizbolah? Ella sabrá…
Pregunta y reflexión que
exigen condenadamente una explicación o a falta de la cual, un indicio.
Un indicio que comienza con
otra pregunta: ¿Qué es lo que ha pasado a Israel? Y termina con una respuesta:
Absolutamente nada. Israel sigue siendo lo que era, el cambio ha venido de
fuera… de Irán y de su tan impresionante como inesperado avance tecnológico, de
su superioridad y de sus escrúpulos, su solidaridad y su firme voluntad de
poner término a la arrogancia, a la usurpación, a la agresión y a las
fanfarronadas.
No. Israel sigue siendo lo que
fue siempre, rapaz pero ahora incapaz, con miras expansionistas pero ahora sin medios
para realizarlo, con sus odios, sus rencores, sus apetitos y sus
extravagancias.
Israel sigue siendo aquél que
ha pasado de victima a victimario. Pero Siria, Hizbolah e incluso Hamas han
beneficiado de la emergencia de una potencia regional que se llama Irán y que
les ayuda generosamente.
Por ello, con los
incondicionales apoyos de todo tipo de muchos, con la nueva orientación terrorista
(que en el fondo no es más que un atavismo porque Israel lo fue siempre desde
el comienzo de su breve aunque tumultuosa existencia), con los nuevos parámetros
estratégicos en Oriente Medio y sus abortadas convulsiones de alianzas y de
coaliciones, infructuosas unas, antinaturales y contra productivas, otras,
Israel pierde su superioridad y se encuentra desnuda: incapaz de contarlo en
voz alta por consideraciones políticas interiores y geopolíticas exteriores…
porque algunos siguen cantando, sin saber lo que cantan, canciones de antaño. Pero
muchos se están dando cuenta de que antes no es después y antaño no es ahora:
cuando Israel se pone a temblar por un supuesto avance de las fuerzas sirias
apoyadas por Hizbolah hacia el Golan que ocupa, ello explica el fondo del
equilibrio de fuerzas en la región y de paso, el ocaso de u mito que ya no
convence ni a propios ni a extraños.
Queda la paz. Quedan los
puentes que pueden conducir hacia una convivencia pacifica y armonioso y hasta
una cooperación fructífera y el fin de una larga…larguísima era de beligerancia
y de confrontaciones.
Para realizarlo solo se debe
olvidar de la hegemonía, de superioridades y de aquello de “yo y los demás”.
La paz esta al alcance de la
mano e Israel esta justamente en peligro de esta…paz.
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