Contra
el derecho del ejecutivo americano de organizar las visitas de los jefes de
Estado, el Congreso americano en el que, desde las ultimas elecciones parciales,
los republican hacen y rehacen la política del Presidente Obama, ha invitado a
Natanyahou a hablar ante una sesión conjunta de las dos cámaras el 3 de marzo
próximo.
Se
trata evidentemente de sabotear los esfuerzos de la casa Blanca para encontrar
una solución justa y equitativa al expediente nuclear iraní y de paso dar una
tribuna al jefe del gobierno de Israel para hacer su campana electoral desde el
Congreso de Estados Unidos.
Sin
precedentes en los anales políticos y legislativos en el país del tío Sam, el Congreso
no tiene otra preocupación que la oponerse a toda decisión que el presidente
tomara aunque esté en contra de los intereses de los americanos como lo es la
invitación de Netanyahou para exponer sus destructores puntos de vista en torno
a las actuales negociaciones de estados Unidos y sus aliados occidentales con
Irán, lo que crearía una situación insostenible para, primero, Estados Unidos,
luego Israel y en definitiva para todos los países de la región y de fuera de
ella.
Ante
tan abstracta como contra productiva situación el mundo, particularmente arabo-musulmán
toma nota de la impotencia de la magistratura suprema de estados Unidos a poder
aplicar su programa y llevar a cabo las decisiones que estimara convenientes.
Esta “patas
arriba” de los centros de decisión en Estados Unidos repercuten nefastamente
sobre la coordinación con sus aliados occidentales y otros para encontrar
soluciones a los focos de tensión o lo que lo podrían ser.
Según
Greg Sargent en The Washington Post, muchos demócratas desearían alejar este
asunto, porque “el primer ministro israelí se encuentra en una posición
inconfortable”.
Este
nuevo “tira y afloja” entre la casa Blanca y el Congreso con mayoría
republicana ilustra cabal y fehacientemente la incapacidad de Estados Unidos de
hacer la debida gestión a muchas cuestiones internas y externas, especialmente
en Oriente Medio, donde el nombramiento del descaradamente pro-israeli Ash
Carter como secretario de Estado para la defensa augura lo peor para EEUU y
para los países de la región y para el mundo entero.
En
este sentido algunos grupos liberales como Credo Action y Moveos llevan a cabo
actualmente una campana para que la diplomacia de Obama frente a Irán
desembocase en un éxito a fin de “evitar, como dice, una nueva e inútil guerra
en oriente Medio”.
Por
ello estos grupos liberales consideran que “la opción partidista del Congreso
como un golpe directo a esta diplomacia” y afirman que “responderán si no es
anulada”.
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