Amenaza terrorista: Tratando de comprender

Ante la resistencia de los diferentes grupos terroristas a medios internacionales, a meundo impresionantes (o esto es loque afirman), la pregunta sobre sus ingresos, sus financiaciones y sobre todo la gestión de los que deberían exorbitantes recursos se plantea insistentemente.
 Boko Haram génère une partie de ses revenus avec le kidnapping AP PHOTO/AP/SIPA
Desde Dae’sh en Siria, Irak y ahora en Libia hasta Boko Haramen Nigeria y ahora en algunos de sus países vecinos, especialmente Camerún, pasando por Al Qaida ingresos, según  muchas fuentes generados principalmente por la prostitución, las tasas locales, ataques a cuarteles y bancos y rescates.
Pero esta es la cara visible del iceberg… terrorista. Deber haber otro sentido, otra dirección y otro destino de tan multimillonario flujo, que todo el mundo o… casi conoce.
Nada más lejos y nada más contradictorio y nada más atentatorio de/a/contra el Islam: Todas estas bandas se alimentan de trafico de petróleo robado, trafico de tabaco, de coches, estupefacientes y control de la gran mayoría de la economía paralela en las regiones que controlan lo que genera millones de dólares por mes, además de millones de dólares procedentes de algunos países de la región a través de bancos turcos.
Dae’sh por ejemplo tiene (oficiosamente) una aportación de 360 millones de dólares anualmente a lo que se debe sumar el doble o el triple procedente de “ayudas”, “contribuciones” y “donaciones”.
Mas horrible aun: Boko Haram vende por un valor de 100 000 hasta 200 000 dólares por mes mujeres secuestradas, lo que le aporta entre 500 000 y 2 millones de euros por mes.
De este modo frente la multiplicación de estas atrocidades tanto en Siria e Irak como en Nigeria, el Consejo de Seguridad de naciones Unidas ha adoptado recientemente por unanimidad una resolución que estipula, entre otros, “cortar todos y cada uno de los medios de ingresos de estas bandas terroristas”.
La decisión no parece haber tenido ni va a tener gran efecto. Naciones Unidas, estados Unidos, Occidente y muchos países de Oriente Medio conocen los nombres, direcciones y los medios de hacer llegar no solo millones de dólares, sino “combatientes”  de los proveedores de fondo de estas bandas terroristas que las decisiones de la ONU o las anunciadas por algunos países como estados Unidos o Francota no perece inquietar.
Ante tan triste aunque perturbadora realidad solo cabe preguntarse: ¿Quién beneficia y quien padece de estas bandas terroristas? Porque los hay que padecen horriblemente y los hay que sacan siempre o por lo menos esperan sacar algunos dividendos geopolíticos.
Es inconcebible que los medios de control financiero de Estados Unidos y de otros países occidentales no determinasen con exactitud la procedencia, el paso y los laberintos de estos ingresos financieros y lo que es más peligroso de los “combatientes”.
La pregunta es, hoy por hoy, ¿se hace lo necesario para acabar con esta lacra? O lo que podría ser igual ¿Se puede acabar con esta lacra?
Se ha acabado, cuando se ha querido realmente, con otros a los que se pretendía poseer armas de destrucción masiva. Se ha acabado con otros infinitamente más poderosos y más atrincherados. Se ha acabado con todo lo que realmente se ha querido acabar.

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