Él es general francés. Se
llama Pierre Michel Joana y acaba de regresar después de una semana en Bamako
donde, en compañía de un colega belga y otro español “ha trabajado con malies,
nigerianos y mauritanos sobre cuestiones de lucha antiterrorista”.
En “France-Irak-Actualité” el
general Joana narra su experiencia de una semana con las diferentes capaces
sociales de Malí y con algunos responsables sobre la concepción de los
autóctonos musulmanes de lo que ha pasado/pasa en Francia y las perspectivas de
una distensión mundial.
“Allí, todos creen que todos
somos Charlie”, describe antes de enfatizar “De repente son, cada vez menos
Charlie y más Coulibaly”.
El general francés estima que
los musulmanes de África negra no perdonarán a Francia el especta culo de “Charile”…
tanto que “admiran a los americanos que no han permitido semejante ridículo en
sus medios de comunicación”.
Lo que para él es “el colmo”
es, en el fondo una reacción normal y lógica de una población, profundamente
musulmana y que se ha visto ofendida mortalmente por Francia, su sátira y su
obra mordaz para con su religión, su profeta y sus convicciones íntimas.
El jefe del Estado de Malí,
Ibrahim Boubakar Keita que, recordémoslo, debe su elección al apoyo del
Presidente del Alto Consejo Islámico de su país, el Imam wahabita, Mahmoud
Dicko, se había visto obligado a efectuar el viaje a Paris el 11 de enero para
“manifestar” su solidaridad en nombre de lo que debe a Francia y a sus amigos
socialistas. “Desde entonces, escribe el general Joana, está completamente
desacreditado. Desde el insulto de Charlie, su pueblo le reprocha su
complicidad con los blasfemadores”.
La ca dena de televisión “France 24” es concebida desde entonces
como “enemiga” del Islam y de los musulmanes o, cuando más, instrumento de
propaganda de la expansión francesa. Lo de “je suis Charlie” ha asestado un
golpe mortal a los medios de comunicación franceses, especialmente
audiovisuales.
“Sin embargo, constata el
experto en la lucha antiterrorista francés, no son ni simpatizantes ni cómplices
de los “yihadistas” de los que padecen diarias atrocidades ante la indiferencia
general de todos los “Charlies”, que se fueron a las vacaciones de inverno”.
“Pero tampoco pueden tolerar
que se mofe de su Profeta”, menos aun en nombre de un principio tan noble como es la libertad de
expresión.
Allí en Malí, donde el pueblo
ha reaccionado violentamente: las manifestaciones han causado 10 muertos, todos
musulmanes, 25 iglesias destruidas, el centro cultural francés de Zinder y el
restaurante francés “Le Toulousain” de Niamey destruidos, como en el resto de
los países africanos musulmanes, con su profanación y la actitud oficial frente
a esta gravísima profanación, Francia, su France-24 y todos sus Charlies han cavado
una fosa entre el pasado colonial, el presente neo-colonial y el futuro
libertador.
“Todo esto va a terminar muy
mal”, le dijo un anciano al general francés quien lo relata así: “Es la primera
vez, en 45 años de frecuentación de África negra, que constato este tipo de
amenazas, sobre todo de un viejo que no tiene nada de loco y que se expresa muy
claramente”.
Lo que explica algunas aunque escasas
y folklóricas, “apaciguadoras” declaraciones del presiente francés y su primer
ministro para con los musulmanes y que, por otra parte, no engañan a nadie.
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