Mientras que unos como el
enemigo declarado de la paz Avigdor
Liberman, ministro israelí de exteriores, instaba en un gesto de odio y de rencor a los “suyos” comprarse
el panfleto “Charlie Hebdo” y repartirlo gratis entre la gente en la Palestina usurpada,
otros como los promotores de una noble iniciativa en Lisboa protagonizan la
actualidad con su sublime voluntad de paz y de concordia.
En efecto, musulmanes,
cristianos y judíos han rezado el viernes pasado juntos por la paz en la
mezquita central de la capital portuguesa Lisboa. Una iniciativa que se
prosigue este fin de semana, respectivamente en la sinagoga de rato y en la iglesia
Santo Antonio de Campolide.
Lo que difícilmente puede
resultar del agrado de Liberman y todos los líbermanes del planeta.
Expresándose poco antes de
esta oración, el Imam de la
Mezquita, Abdulbaki ha tenido a bien subrayar que la expresión
“La paz sea con vosotros” es común en las tres religiones monoteístas."Nuestro
profeta era una persona pacífica. Cuando había algún ataque o alguna ofensa él
respondía con paz. Y esa es la regla islámica", añadió.
Tanto Couto como Abdelbaki
coincidieron en señalar que en la sociedad portuguesa el odio religioso es un
fenómeno prácticamente inexistente.
Sobre el rezo conjunto, Vakil destacó la
importancia del acercamiento para la tolerancia.
"A veces la gente tiene la idea de que el
hecho de conocer una religión es como convertirse a ella, pero hay que conocer
también para respetar", destacó.
Por su parte, el párroco de Santo Antonio de
Campolide, João Nogueira, sostuvo que es posible unirse, "cada uno dentro
de su tradición, contra el horror en París".
Por su parte el presidente de
la comunidad judía de Lisboa, José Oulman Bensau de Carp dijo que “las cosas
que unen a las tres religiones son mucho mas numerosas que las que las dividen”.
El prelado católico Joao
Nogueira ha subrayado en cuanto a él, que esta oración por la paz se enmarca en
la identidad misma de cada una de las tres religiones.
Portugal, un país de 10,5 millones de habitantes
principalmente católico, acoge también a fieles musulmanes (unos 50.000, muchos
de ellos procedentes del África de lengua portuguesa) y judíos, cerca de un
millar.
Couto destacó que el encuentro interreligioso
surgió porque la musulmana "es una comunidad muy activa, muy solidaria,
muy implicada en nuestro distrito, y por ello vimos que la gente se sintió indignada
por esos actos de vandalismo" en la mezquita.
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