¿Quién se expresa en
nombre de Francia en materia de política exterior? Laurent Fabius, el inquilino
del Qua d’Orsay o Christiane Taubira, ministra de justicia, superviviente del
ala izquierda del Partido Socialista y del clan Monteboug en el seno de
gobierno (francés)?
La cuestión merece ser
planteada e interpela a Marruecos directamente porque no se trata simplemente
de un intercambio de réplicas Franco-marroquí. Los danos “colaterales” son
previsibles (a pesar de que Rabat aun no ha reaccionado) cuando Taubira, a
sabiendas, evoca la persona del Rey en términos que la diplomacia (e incluso la
simple decoro) desaprueba. ¿En nombre de
la libertad de expresión? Taubira no es caricaturista (aunque lanzar en una línea
de 9 segundos, la estocada en las relaciones franco-marroquíes exige una gran
capacidad de perjuicio exhaustivamente efectuada). ¿Voluntad
de perjudicar? Es evidente. Pero ¿A quién? Francia no es el mundo, Marruecos se lo ha hecho
comprender claramente que la voz de Mezouar a través de Jeune Afrique. No
estamos ante un ajuste de cuentas con la monarquía marroquí (aunque…), pero
espectadores, un poco desconcertados por una voluntad deliberada de torpedear
la iniciativa de Laurent Fabius, el cual acababa de expresar, con insistencia
su voto de restablecer la confianza entre Marruecos y Francia y de visitar
Marruecos para examinar de manera franca y sincera los expedientes litigiosos. ¿Laurent
Fabius dirá a Mezouar (si éste respondiera a su llamada telefónica) “No soy
Taubira Es una chapucera, conocida desde hace mucho tiempo…”? ¿Han terminado
los anuncios buscando la reconciliación?
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