Expresándose con motivo del 70 aniversario de la Agencia francesa de prensa (AFP) el presidente francés, aun con resaca del restablecimiento de la cuota de su popularidad y con el mas que milagro de “volver a ser presidente”, ha estimado que Francia “no insulta (insultaba) a nadie” cuando defendía sus “ideas”. “Francia no da lecciones a ningún país, Francia no acepta la intolerancia”.
Grave…muy grave. O bien la
resaca de tan imprevisible inflexión en su popularidad le ha cerrado los ojos
(y las ideas) o bien, como es su costumbre considera al mundo musulmán menor y
sin vacunar.
“Francia no insulta ni insultaba
a nadie”. ¿A quién se refiere el presidente francés exactamente? Luego “Francia
no ha hecho mas que defender sus ‘ideas’” ¿Qué ideas?
Parece que tienen razón los
que, dentro de Francia y fuera de ella, recalcan que la subida de la
popularidad del mandatario galo no va a durar mucho tiempo.
Si Francia es “Charile Hebdo”
y si “aquello” no ha sido más que insulto, una profanación a muchos les gustaría
saber a qué parece.
Todas las banderas son o por
lo menos deben ser de la libertad… siempre y cuando respeten la forma de ser y
la manera de actuar de los demás, sobre todo si estos “demás” n injurian ni
ofenden las suyas como los 1500 millones de musulmanes.
Francia si trata, aunque,
desde hace mucho tiempo, infructuosamente, de dar lecciones. Allí està un tal
Bernard- Henry Lévy para revelar de lo que fue encargado por Francia y sus
gobernantes en Libia y mas tarde, sin éxito en Túnez de donde fue expulsado en
lo que había representado otra hazaña al estilo de Charlie Hebdo.
Paris sigue hablando de armar
y apoyar “con todos los medios” a la oposición siria. Una manera como cualquier
otra de repetir la aventura Libia porque A Dae’sh y otros daishes de la zona
los combaten los ejércitos locales y no oposiciones prefabricadas y “prêt a
porter”. Paris habla también de una cooperación en materia antiterrorista…”con Turquía”.
¿A quién quiere hacer reír? Turquía por donde pasa mas del 95% de los
terroristas procedentes de, desde Chechenia hasta Jordania, pasando por
Francia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Rusia, Bosnia, Marruecos,
Argelia, Túnez, Libia etc.
O sea que no solo no se ha
comprendido la lección (o el mensaje) de los atentados del pasado día 11, sino
incluso levantan sospechas de que algo en estos atentados tenía un carácter artificial.
La verdad es que las
multitudinarias manifestaciones a lo largo y ancho del mundo musulmán, debían
servir, en vez, de optar por una concepción de desafío y de anacrónica
fanfarronada, de un motivo de reflexión y de reevaluación a las políticas y a
las actitudes observadas hasta ahora por algunos países europeos, en busca de
liderazgos regionales y geopolíticos que han dejado de existir desde hace
tiempo, debido, esencialmente a la relación de fuerza en la región de Oriente
Medio.
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