Después de la tormenta vino la calma. Por lo menos, esto es lo que creíamos cuando escuchamos aquello de que “Todos somos americanos” que pronunció el presidente Barack Obama aquél “memorable” 17 de diciembre del 2014, “anunciando” el deshielo entre Cuba y Estados Unidos después de más de medio siglo de guerra fría o paz caliente.
Todos saludamos el momento y
su solemnidad. Pero ahora nos damos cuenta de que si no era otro de los
espectáculos holyudenses, lo parece mucho porque la normalización del diálogo
diplomático entre ambos parece muchísimo más complicado de lo previsto.
Y es normal. No se puede
hablar de normalización mientras dura el criminal bloqueo que dura desde 1962.
Luego… restitución de Guantánamo,
reparaciones financieras y fin del embargo: el presidente cubano Raúl Castro ha
presentado la lista de las condiciones a la reanulación de las relaciones
diplomáticas con Estados Unidos. Lo hizo ayer ante la Cumbre de la Comunidad de Estados
latinoamericanos y del Caribe (CELAC).
Salva de aplausos al evocar la
restitución de Guantánamo ocupado por los americanos desde hace más de un
siglo.
“Si estos problemas no son
resueltos, el acercamiento diplomático entre Estados Unidos y Cuba no tendría
sentido” concluyo firmemente el mandatario cubano de 83 años.
“Todos somos (son) americanos”
pero uno ocupan y usurpan y otros aspiran a recuperar lo suyo pacifica y
civilizadamente. Todos son americanos y todos deben ser iguales.
La resistencia de Cuba ha sido
ejemplo para muchos países en América Latina como Nicaragua, Venezuela, Ecuador
o Bolivia y puede volver a ser ejemplo en su línea negociadora con los
ocupantes estadounidenses no solo para sus homólogos latinoamericanos, sino
para todo el mundo, especialmente, donde persiste aun la ocupación americana
bajo una forma u otra.
La operación de relaciones
públicas del 17 de diciembre del 2014 había significado, para el presidente de
Estados Unidos y su administración, un balón de oxigeno ante propios y extraños
por lo que se creía valentía política e inflexión en las coordenadas de la
función de hegemonía norteamericana.
Cuba ha cumplido lo que había
prometido al presidente Obama, liberando algunos prisioneros “políticos” y
comprometiéndose a terminar la liberación de muchos otros, sin que ello
suscitara el interés de Washington de donde los puntos sobre las ies de ayer
ante la CELAC. Mejor
saber por dónde se avanza que avanzar sin saber por dónde se avanza.
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