El resto es pura palabrería… Los jefes de Estado
y dignatarios occidentales (y otros) hacen la cola en RIAD para presentar su
pésame al nuevo rey de Arabia Saudita, Salman Ibn Abdelaziz a raíz de la muerte
y funerales de su hermanastro, Abdellah y de paso recuperar o incluso, de ser
posible, como para el presidente francés, mordisquear algunas escalas en la “posición”
con el nuevo soberano que ocupaban con su difunto predecesor.
“Arabia Saudita es un socio, a la vez sobre el
plano económico como político”. Pala ras del presidente francés François
Hollande en Davos. “Tenia con el rey Abdellah relaciones de confianza, incluso
para luchar contra el terrorismo”.
De golpe y porrazo… Todos ellos y otros más saben
pertinentemente que “el primer llegado, será el mejor servido”.
Ante tan caricaturizad empujones para entrar en
contacto con el nuevo primer mandatario saudita, en el primer discurso de éste
dijo que “no habrá cambio de política en Arabia Saudita” primer exportador de petróleo
en el mundo y uno de los inversionistas potenciales en Francia y en otros países
occidentales a los que, casi salvo de la quiebra.
Inmediatamente después de este primer discurso en
el que el rey salman anuncio la continuidad en la política, el curso del crudo
ha bajado a un nivel inédito desde hace casi 6 anos en Nueva York.
Una sola palabra ha tenido el efecto de siglo de
discursos de Hollanda o de Cameron. Ambos y, con ellos, los demás que hablan
mal del Islam se encuentran haciendo cola para estrechar la mano del rey de un país,
cuna del Islam y debía ser, en principio el enlace entre esta religión y las demás
religiones en el mundo. Ellos y el resto de los mandatarios oxiden tales
presentes en la avalancha de RIAD para saludar al rey Salman Ibn Abdelaziz
cierran los ojos y los oídos ante Amnistía Internacional que denuncia un
régimen “insensible a los derechos humanos” y acusa occidente de cubrir esta política
en razón del peso petrolero del reino y de su apoyo en la lucha antiterrorista.
Obama ha sido el primero en saludar la memoria
del difunto rey Abdellah como “amigo valioso” y un “dirigente sincero”.
Cola… para no lamentar una oportunidad
irremplazable.
Así es Occidente, así son sus valores morales. No
hay amigos ni enemigos, sino solo intereses.
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