Abdelah Ben Abdelaziz Al-Saoud de Arabia Saudita falleció
anoche, tras haber gobernado el reino durante un decenio en tanto que rey y
otro decenio en tanto que regente a raíz del ataque cerebral del que había sido
victima su hermanastro y predecesor, el rey Fahd un decenio antes.
Padeciendo una bronco-neumonía, el difunto rey tenía
casi 90 años (siendo desconocida la fecha de su nacimiento), habiendo sido
hospitalizado en RIAD el 31 de diciembre pasado, necesitando su estado de salud
la colocación de un tubo para ayudarle a respirar.
Como los cuatro soberanos que le han precedido,
el rey Habedla, hijo del rey Andel Aziz, fundador de la dinastía de los
Al-Saoud quien había dado su nombre al país.
Desde hacia tiempo, las apariciones del difunto
soberano eran raras, haciéndose representar por el, ahora su sucesor, el
heredero Salman como sucedió a comienzos de diciembre pasado en la Cumbre del Consejo de cooperación
del Golfo (CCG).
Desde hace días, casi semanas, las miradas convergían
hacia la capital saudita donde se barajaban hipótesis en torno al sucesor del
rey enfermo.
Finalmente es su hermanastro, el príncipe Salman,
79 años quien le ha sucedido en el trono y que había sido nombrado príncipe
heredero en el 2012. Moqren, el otro hermanastro del rey fallecido se ha
convertido en príncipe heredero.
El hasta anoche príncipe, que padece asimismo
problemas de salud (en el 2010 había sido operado de una hernia discal)
acumulaba igualmente las funciones de ministro de la defensa desde octubre del
2011, habiendo sido gobernador de Riad durante casi 50 años de la que es
considerado como el artesano de su desarrollo.
Por su parte el actual príncipe heredero Moqran
Ibn Andel Aziz, uno de los próximos confidentes del difunto soberano, había
sido designado como segundo vice-presiente del Consejo de ministros en febrero
del 2013, abriendo, de este modo, la vía a su nombramiento como futuro príncipe
heredero.
Entre los principales obstáculos a los que deben
hacer frente tanto el nuevo rey como el heredero figuran especialmente las frecuentes
pugnas entre los sectores conservador y reformista en la familia real y el
contexto de la caída de los precios del petróleo que esta pesando mucho en los
ingresos del reino.
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