Terminó la toma de rehenes de Sydney:Dos muertos, entre ellos el “Terrorista”, un curandero australiano
16 horas de suspense, otra
apuñalada contra el Islam y los musulmanes y la policía australiana que asalta
la cafetería en la Plaza Martín
donde un terrorista, Man Haron Monis retenía, desde esta mañana, como rehenes
por lo menos 12 personas, después de que muchos rehenes lograran escapar antes
del asalto de la policía.
Total: dos muertos, entre
ellos el terrorista y muchos heridos.
De no ser porque la prensa
(especialmente la occidental) relaciona esta nueva toma de rehenes con lo que
llama (por cierto, con mucha mala leche) “terrorismo islamista”, la toma de
rehenes hubiese ido a parar como un vulgar en la pagina (o rubrica) de sucesos.
No fue así. Conozcamos al
hombre y su trayectoria “islamista”: Se llama Man Haron Monis, de 50 años,
condenado por la justicia australiana en el 2013 por haber dirigido insultantes
cartas a familias de soldados australianos fallecidos en combate así como por
haber comanditado el asesinato de su ex esposa.
Más recientemente ha sido
acusado de una decena de presuntas agresiones sexuales en su papel de
“curandero espiritual que practica la magia negra”.
Este es, coma mas, coma menos,
el CV de quien ha sido catalogado como miembro de una “organización terrorista
islamista”.
¿Dónde vieron su Islam?
No. Cuando se trata del Islam
o de los musulmanes nunca hace faltan precisiones sobre la práctica o la asidua
presencia en mezquitas ni siquiera dudosos contactos con quien pudiera aparecer
como un musulmán, practicante o no.
Por pretender ser curandero y
que practica la magia negra se ha asimilado a la religión de nada mas ni nada
menos que 1500 millones de musulmanes.
Incluso en Sydney antes de la identificación
del desequilibrado mental, el consejo de los imames ha tenido que salir al paso
para denunciar lo que calificaba de “horrible crimen”.
Mas tarde, muchos australianos
y gran parte de la prensa que daba cuenta de “otra acción terrorista islamista”
se han atrevido a rectificar tímida y discretamente.
Estas practicas y esta “siniestra
“aportación” de cierta prensa debe terminar. Ni el sensacionalismo ni la exageración
y muchos menos la mentira y el amalgama pueden mancillar la verdadera imagen
del Islam, tolerante, pacifico y acogedor.
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