Según la ministra delegada para Exteriores y Cooperación marroquí: Marruecos y España negocian la llamada “guerra química” en el Rif



 
En respuesta a una pregunta oral del grupo socialista en la Cámara de representantes (primera cámara del parlamento bicameral en Marruecos), la ministra delegada ante el ministro de Exteriores y cooperación, M’Barka Bouaida ha revelado que Marruecos y España “están negociando con vistas a llegar a una solución definitiva del expediente del uso entre 1924 y 1927 por las tropas españolas del rey Alfonso XIII de gases químicos contra la población rifeña (los combatientes de Abdekrim Al Khattabi)”.
 
La ministra subrayo en su respuesta que “las relaciones excepcionales” entre los dos países ofrecen un marco idóneo para hablar del asunto, invitando a las autoridades españolas a tomar lo que ha llamado “una iniciativa audaz” para pasar una sombría pagina de la historia de la guerra del Rif, en alusión, probablemente a su voto de que el interlocutor español acelere el ritmo de las conversaciones.
Por otra parte, dirigiéndose a algunos partidos políticos y a ONG de la región del Rif, muy especialmente, Bouida les ha instado a adoptar una concepción “responsable, lejos de la sobrepuja policastra”, teniendo cuenta, dijo, las “dimensiones humanas, históricas, políticas, militares y jurídicas” de la cuestión.
 
De hecho, como lo subraya hoy “’Yabiladi”, es la primera vez en que un responsable (en este caso una responsable) gubernamental evoca dichas “negociaciones” con la parte española, a pesar de que la ministra por razones que solo ella (o pocos otros) sabe no ha dado ningún detalle al respecto.
El tema no parece beneficiar de una verdadera importancia a nivel de las autoridades marroquíes. Paradójicamente, algunas formaciones políticas españolas se han erigido en auténticos portavoces de las victimas de los gases químicos del Rif.
Pero esto es otro cantar… porque bastaría citar los nombres de Ezquerra republicana o los ecologistas para darse cuenta de que el objetivo era otro que el de solidaridad con las victimas de tan atroz suceso.
No obstante, como se dice a falta de pan, buenas son las tortas. Allí esta el pan o por lo menos la promesa de que lo haya: negociaciones bilaterales en torno a la cuestión.

Comentarios