El
precio del barril de petróleo ha terminado a 53’61 dólares en la bolsa de Nueva
York, su más bajo nivel de clausura desde hace cinco anos y medio. La demanda
sigue muy escasa, más débil que el superfluo de producción.
Sin
embargo los analistas occidentales especialmente franceses no cesan de
bombardear los oídos con que la economía rusa se hunde y que Irán se
estrangula. Una y otro presentan la imagen de una baja forma pero no mas baja
que los países occidentales, espcialemnte Francia, el Reino Unido, Alemania,
Italia e incluso Estados Unidos.
No. Los
precios del crudo se desmoronan por razones estructurales. En plena
desaceleración económica mundial, ilustrada, si falta hacia, hoy mismo por
malas estadísticas chinas, el mercado hace frente a un superfluo de producción
petrolera, alimentado por el auge de la producción de aceites no convencionales
de Estados Unidos y de cierta manera de Canadá. La Agencia internacional de
de energía (AIE) ha revisado el consumo mundial del oro negro en el 2015 a la baja, a 93’3
millones de barriles/día contra 93’6 millones de barriles/día en las
previsiones anteriores. A pesar de esta sur abundancia, la OPEP que con trola el 30% de
la producción mundial ha optado por no intervenir en los precios del petróleo,
conservando su objetivo de producción sin cambio a 30 millones de barriles/día.
Desde su
reunión a finales de noviembre pasado, el cartel campea en su posición de dejar
los precios del mercado reequilibrarse por si mismos. No obstante, como lo subraya
el director financiero y comercial de las materias primas en HSBC “Hoy, hay
muchas incertidumbres. Los mercados buscan el limite de resistencia y mientras
no lo hayan encontrado puede seguir bajando”.
Durante
los últimos tres anos había una estabilidad del barril del rudo en torno a los
100 dólares en un mundo donde la economía funcionaba a trancas y barrancas. Los precios debieron
bajar, pero fueron mantenidos en este equilibrio por consideraciones
absolutamente políticas.
Hoy se
barajan mas de una hipótesis: Por un lado la de la alianza entre Arabia saudita
y los Estados Unidos para debilitar a Rusia, por su política en Ucrania (¿pero
qué tiene que ver Riad en este tinglado?) en lo que algunos ven como “una lógica
de demolición económica”.
¿Lo van
a con seguir? O lo que es igual: ¿Lo están consiguiendo? Nada es más dudoso.
Pasemos
a otra hipótesis: Arabia saudita opta por cabalgar sola para debilitar a los
productores competitivos de las rocas bituminosas y sobre mostrar que es un
actor político de primer plano en su región con el que se debe contar.
Tampoco
es cierto aunque se debe esperar el acrobático desenlace de todo esto, porque Irán,
principal diana se esta reconvirtiendo con la velocidad de la luz, no así
Arabia Saudita y sus aliados y socios del Golfo y fuera de él a pesar de que
sus amplias reservas de cambio le pueden permitir soportar la convulsión económica
y financiera.
En todo
caso, para colocarse en el centro de los retos geopolíticos Riad recurre a la única
arma que tiene: el petróleo conciente de que va a perder/está perdiendo
centenares de miles de millones de dólares.
Curiosamente
los países del CCG siguen la política saudita de esta guerra económica y lo
acaba de corroborar el ministro emirati de petróleo para quien “la OPEP puede encajar un precio
de 40 dólares el barril”.
No se
esta lejos…para el bien de muchos países en vías de petróleo, como Marruecos y
su asfixiante factura petrolera.
Lo que podríamos
llamar “la guerra del petróleo” afecta principalmente a países con malas
relaciones con Arabia saudita y Estados Unidos, comenzando por Rusia, tercer
productor del bruto detrás de EEUU y Arabia Saudita y el segundo exportador después
de ésta.
Por su
parte Irán, estrangulada ya por sanciones internacionales y una relativa caída
de su devisa también está en el ojo del ciclón de esta alianza saudita
estadounidense como Venezuela que apostaba por un precio entre 100 y 120 dólares
el barril.
En síntesis,
esta guerra de petróleo podría acentuar las tensiones geopolíticas en el mundo
y más exactaza e inquietantemente en Oriente Medio.
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