Otra macabra faceta de las actividades terroristas: Venta de órganos humanos (de propios y extraños)
El drama supera la realidad para adquirir el
carácter de una ficción…
A las mil y una atrocidad de Daesh (la última fue
revelada recientemente por The Financial Times sobre la ejecución de 100
‘combatientes’ extranjeros que sospechosos planear la huida de las zonas de combate), el contrabando de petróleo
de los yacimientos que con trola en Irak y en Siria a las refinerías
clandestinas en el Kurdistàn y en Turquía con ganancias según un gabinete
americano de unos 800 millones de dólares por año, la imposición de un impuesto
a las familias que viven en los territorios que controla a cambio de su “protección”
y la facilitación del paso de la heroína de Afganistán hacia Europa, ha venido
a sumarse otra siniestra actividad: la venta de órganos humanos de los que
asesina y de sus propios muertos.
Se habla de un volumen de negocios de 2 millones
de dólares anuales, estrenando, de este modo una macabra faceta de actividades
llamada “comercial” que es la venta de órganos humanos.
Poco se sabe al respecto, sino las revelaciones
de ex “combatientes” que lograron regresar a sus respectivos países en Europa o
“intermediarios que se especializaron en este tipo de “comercio” debido a sus
cuantiosas y reculen tas comisiones. Sin embargo se ha podido saber que cuando
se trata de un extranjero en Siria, muerto en combate, sus restos mortales son
inmediatamente recuperados para ser vendidos como “piezas sueltas” o “piezas de
recambio”. En cuanto a los sirios, capturados vivos o muertos, se recupera sus
cuerpos o sus cadáveres o todo lo que puede ser recuperado.
Por otra parte, desde julio, el llamado Estado “islámico”
ha reivindicado el asesinato de tres rehenes americanos, uno de los cuales
Lamed Foley es actualmente, cinco meses mas tarde, objeto de funestas
“transacciones” para vender el cadáver descabezado a través de intermediarios
en Siria y en Turquía.
Buzzefeed ha publicado una investigación al
respecto, citando tres fuentes anónimas, implicadas directamente o
indirectamente en este macabro tráfico. Según “un ex rebelde sirio con vínculos
con el ‘EI’” un “comerciante que ha participado en intercambios de rehenes
occidentales para el “EI” y un “alto responsable del llamado ‘Ejército sirio
libre (ASL)” “yihadistas” intentaban intercambiar el cadáver de James Foley
contra un millón de dólares con muestras de ADN para que se pueda identificar
el cadáver.
Se quita a las victimas el corazón y las entrañas
cuando viven aun, lo que parece ser particularmente viable sobre el plano
quirúrgico. Parece que la trasplantación suele ser mas exitosa si el “donante”
esta aun en vida.
“El
intercambio de rehenes occidentales ha creado un mercado opaco en el que intermediarios
tratan de negociar un acuerdo para cobrar una comisión, escribía hace poco Mike
Giglio, basándose en el relato de un ex “rebelde” sirio que afirma haber
participado en intercambio de rehenes entre las bandas del “EI” y “Nosra” por
un lado y algunos países europeos por otro.
Este crimen no es nuevo. Se han detectado casos
en Kosovo, en Libia y en otras zonas de conflicto.
No obstante, mas allá de su carácter monstruoso,
el fenómeno terrorista ( o lo que se llama oposición moderada) en algunos países
medí orientales obedece, fundamental y tal vez exclusivamente a consideraciones
que no tuvieron/no tienen absolutamente nada que ver ni con la democracia ni
con la libertad ni con los valores morales de los patrocinadores de estas
mismas bandas y al mismo tiempo, arquitectos de coaliciones contra ellas.
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