Era ayer (martes 9-11) día de los funerales del
difunto Abadía Baha. La cámara de Consejeros (la segunda cámara del parlamento
marroquí) se disponía a comenzar sus trabajos, cuando el presidente de esta sesión,
Abderrahman Ouchen invita, como lo exigen los usos y costumbres parlamentarias,
a sus homólogos a recogerse sobre el alma del difunto, invitando a los
honorables consejeros a recitar la
Fatiha.
Hasta aquí normal… No obstante, al querer
“explicar” por qué el Sr. Presidente evoca el fallecimiento de… “Abdellah
Ben…”. Corrige y evoca una segunda vez… “Abdellah Benkiran”.
Un caso entre muchos otros de la insignificancia
de algunos electos que ocupan posiciones y funciones desmesuradamente seria,
por lo menos para ellos.
Luego nada… unos protestan, otros sonríen, todos,
al parecer, incluido el presidente tenían el espíritu en la expiración de su
mandato dentro de pocos meses y el portazo del jefe del gobierno Abdelilah
Benkiran a sus solicitudes en el sentido de poder legar sus pensiones
(contribuyente marroquí, cuantos exagerados excesos se cometen en tu nombre o
en el de tu…bolsillo) a sus hijos…. En el mismo momento en que votaban medidas
de austeridad para todos los marroquíes.
Misma canción entre los diputados de la primera
cámara (cámara de representantes). También ellos quieren legar sus actuales
pensiones a sus hijos.
¡Increíble! Y… no paran
Se trataba del negundo revés en dos años. En el
2012 habían dirigido un mensaje al rey Mohamed VI, en el que le suplicaban
prorrogar el mandato de la
Cámara alta del parlamento hasta el 2018. Una carta que
quedo, hasta ahora, sin respuesta.
La cuestión de las pensiones de los diputados y
senadores plantea un grave problema de justicia social en Marruecos. Un electo
que cotiza cerca de 2 000 dh por mes durante su mandato de cinco anos,
obtendrá 100 dh de jubilación mensual por cada ano pasado en el Parlamento.
Mientras tanto, estos mismos electos exigen a los funcionarios que han
trabajado durante 40 años consentir nuevos sacrificios debido a la mala gestión
de la Caja de
jubilación.
A este ritmo no me sorprendería ver en la campana
electoral de las próximas legislativas en Marruecos algo en este sentido: “Voten
por este indigente, en paro desde lustros y tiene siete hijos y esposa”.
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