Informe Senado EEUU sobre Tortura de la CIA: ¿Y ahora…?


A raíz de la publicación del informe parlamentario americano sobre los métodos asimilados a la tortura de la CIA en sus interrogatorios a presuntos terroristas, el ponente de la ONU sobre los derechos humanos y muchas asociaciones reclaman recursos judiciales.
 L'ancien secrétaire à la Défense, Donald Rumsfeld, (à gauche), l'ancien président des Etats-Unis, George W.Bush (au milieu), et l'ancien vice-présidentDick Cheney le 15 décembre 2006. (TIM SLOAN / AFP)
No tratándose más de una prueba suplementaria, habida cuenta de que la tortura de la CIA era un secreto de Polichinela, todo apunta hacia la más que probabilidad de que todo intento de llevar ante la justicia al ex presidente Georges Bush, a su vicepresidente Dick Cheney y a su secretario para la Defensa Donald Rumsfeld, se quedara en lo que es hasta ahora: un deseo. Unánime, esto si, pero no supera el estado de un deseo.
Obama puede decir todo lo que quiera. Desde hace seis anos no ha movido ningún dedo. ¿Por qué ahora?
 Consideraciones electorales y electoralistas  son una cosa, la realidad y el realismo son otra diametralmente opuesta e incluso contradictoria.
El actual presidente de Estados Unidos puede pedir al departamento de Justicia, al procurador de Estados Unidos abrir una investigación criminal contra personas. Está, en principio, en la obligación moral y política de hacerlo. Hay tres niveles de responsabilidad:
-         Los ejecutores
-         Los facilitadotes que son los juristas que han dado a estos crímenes una cobertura legal
-         Y les responsables políticos que los han autorizado.
Todos deben comparecer ante la justicia para responder contra estos crímenes contra la humanidad (en el informe senatorial están designados como “técnicas de interrogatorio reforzados”) y sobre todo los responsables políticos.
-         Desde el 2011 muchos llevan pidiendo la apertura de una investigación criminal contra los altos responsables de la administración Bush, los cuales habían supervisado estos actos de tortura y otros infinitamente mas graves como la muerte de más de cuatro millones de iraquíes y la destrucción del país en nombre de unas armas de destrucción masiva que nadie, nunca ha encontrado.
Se puede alegar que en estados Unidos las victimas no tienen la posibilidad de constituirse en partes civiles y presentar querellas. El estado monopoliza los recursos judiciales, que Estados Unidos no reconocen ni la Corte internacional de derechos humanos, ni el tribunal penal internacional…. Ni siquiera que siendo lo que es, Estados Unidos nunca aceptarán extraditar a ninguno de sus súbditos, menos aun a un ex presidente y su equipo. No obstante, como lo señala en una entrevista a “LOBS” hoy Reed Brodey, consejero jurídico de Human Right Watch y autor de “¿Se debe juzgar a Georges Bush?” (André Versaille Editor) en virtud de la competencia universal, todos los países del mundo tienen la posibilidad de recurrir contra  crímenes de guerra y tortura. Este fue el caso de Pinochet, juzgado por España por crímenes cometidos contra Chile, de Hissen Habré, juzgado por Senegal por crímenes contra Chad y de muchos otros mandatarios juzgados por Bush o sus predecesores.
La impunidad del mas fuerte… la impunidad del súper-grande… la impunidad de los injustos. Sin embargo la primera justicia consiste en que el mundo ya se ha dado cuenta de la naturaleza de los procedimientos de Estados Unidos para invadir a otros países por más soberanos, por más independientes y por mas miembros de la OINU que fueran.
El presente geopolítico debe basarse en el pasado reciente y este pasado reciente esta resumido providencialmente en el informa del Senado estadounidense sobre la tortura de la CIA.

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