Dos noticias de esta mañana:
La Primera: Un hombre armado toma como rehenes a unas 30 personas
en una cafetería del centro de Sydney. Ante el establecimiento ha izado una
bandera de los grupos terroristas en Irak y en Siria, reclamando otra bandera
del llamado “Estado islámico”. Cinco rehenes han logrado salir del
establecimiento, contando, más que atrocidades, incongruencias.
L segunda: Operaciones
llevadas a cabo en las regiones de Toulouse y de Paris así como en Normandia
contra una filial sospechosa de reclutar a candidatos al “yihad” en Siria. La
policía francesa cree que muchas salidas fuero organizadas y que muchos otros
están en curso.
El pan de cada día en muchos
países occidentales y el pan de todos los días va a ser en los que creen no
estar, por una u otra razón, concernidos.
Son, como reza el titulo del
actual articulo, las naturales primeras réplicas de un error de apreciación y
de estrategia, cometido por Estados Unidos y algunos de sus aliados
occidentales, entre ellos Francia y el Reino Unido en Oriente Medio, más
concretamente en Siria.
Meses de incursiones aéreas de
una coalición heterogénea que hasta el momento no ha dado ningún resultado o al
menos ínfimo.
Muchos creen que algo falla en
esta coalición o en la intención de su creación. Frente a tantos y tan variados
países difícilmente se puede resistir aunque fuera una súper potencia y
afortunadamente Daech y demás grupos terroristas en Irak y en Siria (moderados
o extremistas aunque nunca existe un terrorismo moderado).
Sin embargo allí están los
hechos para desmentir toda alegación en sentido contrario.
¿Qué hacer, antes de que las
réplicas alcanzaran a los países más lejanos de la escena medí oriental como
Australia?
Sencilla y racionalmente
cambiar la estrategia, las concepciones geopolíticas y geoestratégicas, ser más
pragmático y optar por la realidad de la región: Siria sume actualmente la
inmensa parte de la responsabilidad de lucha contra Daech y demás grupos terroristas,
los cuales, aprovechando las mortales divergencias tácticas y técnicas de sus adversarios
(sirios y de la coalición americana) prosiguen sus siniestras obras tanto en
Irak como en Siria y, desde ahora en adelante, en otros países.
El monstruo ha crecido y
comienza a creer seriamente en su mayoría de edad y en sus medios, procedentes
de quien le seria imposible ahora cambiar de postura por temor a revelaciones
que cambiarían el curso de los acontecimientos en Oriente Medio, aunque nadie las
ignora.
La comedia de la lucha
anti-terrorista ha durado más de lo suficiente y a menos de inconfesables dividendos
para “algunos”, es imperativamente necesario poner fin a tanta sangre
derramada, tanta destrucción planeada y tanta conciencia manifestada.
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