Siria, Irak, Yemen, Líbano, Egipto, Libia, Túnez, Argelia
(en parte), Sudan…
¿A quién le toca el turno?
Miles de muertos, decenas de miles de heridos, millones
de refugiados, miles de exiliados, incontables perdidas materiales, amenazados
el presente y el futuro de todos, apagada la Liga árabe, postergada la cooperación inter-árabe,
eclipsadas la solidaridad, la inter-ayuda y el destino común.
Muertos, heridos, destrucción, lágrimas y sufrimiento…
¿Por qué, para que y por quién? ¿Quién es el responsable
o responsables de tanta sedición, de tanta perturbación y tumulto?
Arde el mundo árabe… arderán otros “mundos”. Países patas
arribas, otros que sobreviven gracias a alianzas estratégicas foráneas y unos
terceros inyectan miles de millones para desestabilizar a otros. La sedición es
de incalculables, imprevisibles e incontrolables dimensiones.
Egipto y su dirección lo acaban de comprender, otros mas
discretos y menos dispuestos a confesarlo dilapidan miles de millones de dólares
para protegerse, protegiendo al monstruo terrorista.
Nadie está, aunque lo crea, al abrigo de este fuego,
minuciosamente encendido, intencionadamente dirigido y malhonestamente
esbozado. Se equivocan los que creen poder contar con la protección de “propios”
o de extraños y se equivocan los que les han prometido apoyo y protección.
Nadie reconoce ni el error ni la responsabilidad del
Frankestein creado, ni su amenaza a la paz y la estabilidad mundiales ni su dimensión
en tanto que factor desestabilizador de todos y de inesperados sobresaltos.
Consciente del estado de coma en donde se encuentra el
mundo árabe, Daech aun no ha dicho su ultima palabra. Ingenuo es quien cree que
esta protegido… sonador quien cree que es una excepción, torpe, desmarañado y
desacertado es quien cree poder usarlo contra otros.
Comentarios
Publicar un comentario