Arde Ferguson: ¿Otoño americano?



Caos en Ferguson.


“Tiendas pilladas y incendiadas, granadas explosivas y lacrimógenas, piedras e incluso disparos con armas de fuego en Main Street”. La descripción no es del Apocalipsis, sino de la ciudad de Ferguson hecha por el New York Times de la situación que vivía ayer esta ciudad.


El agente de policía que ha matado al joven Michel Brown no ha sido, como muchos americanos de color como él esperaban, inculpado. Pero la muerte del adolescente parece haber permitido la emergencia de una nueva generación militante.

 A new York, le 24 novembre 2014, une manifestante lève le poing après l'annonce de la décision du grand jury de ne pas inculper le policier Darren Wilson - AFP/Andrew Burton/Getty Images North America


Por su parte  The Washington Post estima hoy en su editorial que el debate debe continuar en los Estados Unidos sobre lo que llama “militarización de la policía, el uso de la fuerza y el tratamiento acordado a las minorías y en particular a los afro-americanos”. El rotativo de la capital insiste también en el hecho de que las “fuerzas del orden en todo el país deberán estar equipadas de cámaras portátiles a fin de que todos los arrestos y enfrentamientos sean grabadas”.


The New Republic insta al presidente Obama a efectuar el desplazamiento a Ferguson, para “’pronunciar por fin un verdadero discurso sobre la cuestión racial”.


Como se esperaba y pese al estado de urgencia declarado desde hace más de una semana por el gobernador del Missouri, Jay Nixon, a pesar del llamamiento a la c alma del propio presidente Obama desde la Casa Blanca, la decisión de los jurados de encontrar inocente al policía blanco que mató al joven Brown en Ferguson el pasado día 9 ha degenerado en erupción de cólera. Desde el anuncio de la decisión del gran jurado de no inculpar al policía blanco Darren Wilson, no cesaron las agitaciones en Ferguson y espontáneas manifestaciones han tenido lugar en Nueva York y en Los Ángeles, pasando por Washington, Atlanta, Okland y Filadelfia.


En el resto del país las espontáneas manifestaciones se desarrollaron en una calma relativa”.


Las fotos y las imágenes en la portada de la prensa estadounidense y en la apertura de sus telediarios así como los comienzos de sus diarios hablados son, absolutamente impresionantes: escenas de agitación de una rara violencia, edificios y comercios incendiados, dispositivos policiales reforzados con la impresión de una inexplicable impotencia ante la envergadura de la protesta y de la indignación.


Como lo escribe hoy The New York Times “Meses de cólera y de frustración han conducido a mas cólera y a mas frustración”.


Afortunadamente (para Estados Unidos) nadie habla en el mundo del “desproporcionado uso de la fuerza” ni de “crímenes contra la minoría” ni siquiera de flagrante violación no solo de derechos humanos sino también de los derechos cívicos.


Al Big brather nadie tiene derecho de reprochar nada. Es él, el que  reprocha y debe reprochar. Es él que estima y debe estimar quien debe continuar presidente de un país y quien debe irse y es él quien fomenta, dirige y teledirige la agitación en el mundo. Él posee el termómetro de la libertad, la democracia y la equidad… él…solo él y nadie más que él.

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