Aprovechando
la inauguración, en compañía de la princesa Lalla Meryem (hermana del rey
Mohamed VI), de la exposición-acontecimiento “Marruecos contemporáneo” organizada
por el Instituto del mundo árabe (IMA) en partenariado con la Fundación nacional de
los museos, el presidente francés ha formulado sus votos por un deshielo entre
Rabat y Paris.
En su alocución
con este motivo, François Hollande ha tratado de esclarecer el descontrol de su
ministerio de Asuntos exteriores que (recordémoslo) ha clasificado a Marruecos
entre los 30 países del mundo con la etiqueta de “vigilancia reforzada” donde
los turistas franceses no deben trasladarse.
“No
quisiera que se hiciera la idea de que es peligroso hoy ir a Marruecos o de
viajar hacia él”, dijo el mandatario galo, recordando que son dos millones de turísticas
franceses que van a Marruecos cada ano, además de los 80 000 que optaron
por una residencia en Marruecos.
!Ah..si!
En todo
caso, descontrol o acto premeditado, desde la publicación de la nota del
ministerio francés de exteriores al respecto la baja de turistas franceses se sitúa
en torno al 15% para Túnez y Marruecos, dos destinos normalmente privilegiados
en este periodo del año.
Por su
parte el presidente del Instituto del Mundo árabe, el ex ministro de cultura
Jack Lang, ha pronunciado una alocución en la que afirmo que “Marruecos es una excepción
por su Constitución, que reivindica con fuerza el pluralismo de sus herencias”.
Para Lang,
recientemente condecorado en Rabat por el rey Mohamed VI, “no hay en el mundo
una constituciones que reivindica la diversidad de las herencias de un país”.
¡Olé…!
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