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Consejo de seguridad de la ONU/ Nuevos miembros no permanentes Marruecos-Argelia o los retos de una preferencia
Como anunciamos ayer (viernes)
la Asamblea general de la ONU procedió a la elección de
cinco nuevos miembros no permanentes en el Consejo de seguridad.
Como siempre en parecidas
circunstancias, esta ha sido una nueva ocasión para que Marruecos y Argelia emprendieran una carrera
contra reloj para evitar a miembros “molestos”.
En Marruecos se cree que se ha
podido ganar a Malasia y a España (aunque “Yabiladi” afirma que el PJD hubiera preferido
Turquía) y ha “perdido” la
Argentina cuyo mandato expira el 31 de diciembre del 2014.
Argelia cree que ha ganado a
Venezuela (muy dudoso, bastaría que Rabat adoptase y tiene medios para ello, la
política adecuada con la nueva dirección en Caracas para invertir la supuesta ecuación)
y, todavía mas dudoso, Angola, con una historia de liberación con Marruecos,
aunque poco rentabilizada y capitalizada por la diplomacia marroquí, que en cualquier
momento puede desembocar en un atavismo.
Un zoom sobre la elección de España:
Se ha necesitado muchas vueltas antes de vencer a Turquía, movilizada desde
hace meses (para no decir años).
Con esta elección, Marruecos,
debido al excelente momento de las relaciones bilaterales con España, debe
sentirse satisfecho.
Sobre la cuestión del Sahara (principal
razón del interés marroquí y argelino, por la composición de los miembros del
Consejo de Seguridad de la ONU),
el gobierno del Partido Popular prosigue la política de su predecesor, Zapatero
el cual había puesto término a la “neutralidad pasiva” del gobierno de Aznar
sobre este expediente.
Fue asimismo este ejecutivo de
derecha en España quien apoyó a Marruecos en abril del 2013 cuando Estados
Unidos habían presentado a consultas un proyecto de resolución que proponía una
ampliación del mandato de la
MINURSO a la vigilancia de los derechos humanos en el Sahara
Occidental marroquí.
Por otra parte, el fracaso de Turquía,
en análisis de “Yabiladi” que constituye un revés al presidente Erdogan, priva
de facto al Partido de Justicia y Desarrollo (marroquí) de una buena carta a
jugar en su relación con Palacio.
En efecto, a falta de sólidas posibilidades
en materia de política internacional, los compañeros de Benkiran no pueden desempeñar
un papel activo en el expediente del Sahara, “lo que explica su pasividad,
escribe hoy “Yabiladi”, dejando la via libre a los hombres de palacio en todas
las operaciones de Lobbyng y con tactos con los socios extranjeros”.
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