Campamentos de Tinduf: La verdad contada por sus victimas



 Se llama El Bouihi Hmati. Fue secuestrado por las milicias del Polisario cuando tenía apenas 6 años, pasando 40 años en los campamentos de Tinduf (en el sur de Argelia). Cuatro lustros que no han logrado borrar la memoria del horror y de la injusticia de los que ha sido objeto por parte de los verdugos polsaristas y sus carceleros.
 
40 anos después El Bouihi Hmati decide revelar una  pequeña parte del GULAG argelino en Tinduf: “Soy un ciudadano marroquí de origen saharaui y me siento orgulloso” contó al diario Liberación, órgano de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) antes de precisar: “ He pasado 40 anos en los campamentos de la humillación y de la vergüenza, lejos de mi familia, de mis próximos y de mi tribu. Viajé a Cuba, a Libia y a Argelia para recibir intensos entrenamientos militares y participar en campañas de provocación contra mi patria madre”.
 
El ya ex prisionero del Polisario valora como indispensable “comenzar la puesta en marcha de la iniciativa de autonomía “en el Sahara Occidental marroquí, instando a las autoridades marroquíes a “mas comunicación con la nueva generación de los sahrauies (…) y a abrir la vía a estos jóvenes para tomar parte en el desarrollo y contribuir efectivamente a la edificación de “un Marruecos nuevo, sobre un zócalo fuerte de libertad y dignidad”.
El Bouihi Hmati ha puesto el dedo en la llaga: Necesaria comunicación los jóvenes sahrauies y la opción de libertad y dignidad: claves en la solución de este prefabricado problema que ha durado mas de lo suficiente.
En efecto, la diferencia entre la juventud en las provincias del sur de Marruecos y la de los campamentos de Tinduf es que mientras los primeros viven, ejerciendo plena y debidamente sus derechos institucionales y constitucionales, la de los campamentos se limita a existir, en tanto que conejillos de la India, con intensas y a menudo interminables sesiones de adoctrinamiento contra todo lo que tiene que ver con su auténtico origen  e identidad y adiestramiento y a amaestramiento contra su patria madre y contra sus verdaderos valores morales, espirituales y nacionales.
Unos viven, otros existen. Sin embargo, ambos pertenecen a la misma nación, merecen los mismos derechos y aspiran a la misma libertad y dignidad.
La juventud saharaui en Marruecos, incluida la extraviada, no conoce las tesis y las visiones argelino-polisaristas más que a través de la propaganda y de la difamación y lo que se inculca con propaganda  y difamación se puede fácilmente corregir con la verdad y la transparencia. De donde es mas que imperativo un nuevo enfoque y una nueva estrategia de comunicación con la juventud saharaui, comenzando por presentarle con dichos, hechos y derechos, testimonios vivos de los que han tenido la desgracia, el calvario y el martirio, como El Bouihi Hmati, de vivir el infierno polisarista.
La verdad contada por sus victimas…




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