Respondiendo
a preguntas de los diputados sobre el reciente incidente fronterizo entre
Argelia y Marruecos, ministro marroquí encargado de relaciones con el
Parlamento y la sociedad civil, Lahbib Choubani ha afirmado que el gobierno sigue
este asunto con “el más alto grado de vigilancia, responsabilidad y
concertación”.
El
ministro aseguró que se trata de un asunto “cuyo tratamiento exige un alto
nivel de responsabilidad y una cooperación entre el conjunto de las
instituciones del Estado”, subrayando el interés del gobierno del que forma
parte, de comunicar al respecto con el Parlamento.
Altyo nivel de responsabilidad es la palabra, la respuesta y la clave.
Entre
los diferentes grupos parlamentarios hay unanimidad en que se debe optar por
“la máxima firmeza” porque el asunto constituye “una flagrante agresión contra
Marruecos y un asunto grave al que se debe hacer frente” (Abdellah Bounou, PJD,
que dirige la actual coalición gubernamental).
Por
su parte Argel sigue negando la versión marroquí, acusando a Marruecos de
“manipular a fines políticos” este incidente que, por otra parte, reconoce que
es “muy frecuente”.
El
asunto es, efectivamente grave. Más grave es la versión de la respuesta
argelina e infinitamente más grave los llamamientos en Marruecos o en Argelia a
una escalada.
El
incidente de la semana pasada en la frontera entre ambos ni es el primero ni es
aislado. Los ataques de todo tipo contra Marruecos se ha convertido en el país
vecino en un deporte nacional y un folklore de la cúpula dirigente en él.
Los
dirigentes argelinos se pasan la vida (y parte de su muerte) a tratar de
complicar las cosas a Marruecos, pero ello no debería de servir como pretexto
para agravar todavía mas la gravísima situación que prevalece constantemente,
desde hace lustros entre los dos vecinos.
Mas
violentos, más agresivos y mas incongruentes e incomprensibles los esfuerzos de
los responsables argelinos en las instancias internacionales cuando se trata de
la integridad territorial de Marruecos.
Pero
Marruecos, consciente de la inutilidad de todas las guerras habidas y por haber
contra él, responde… debidamente… mesuradamente… atinadamente… civilizadamente.
El
incidente fronterizo de la semana pasada no debe superar este marco y no debe
servir, bajo ningún pretexto, de escalada.
La solución
de los problemas depende única y exclusivamente de la legendaria clarividencia marroquí
y del “más alto grado de vigilancia, responsabilidad y concertación”.
Y…
punto… porque los excesos nunca han servido porque el tratamiento de un asunto
como este exige el mas alto grado de responsabilidad y de sabiduría.
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