« Primavera árabe » y sus nefastas consecuencias: Marruecos moviliza a 80 000 soldados en previsión del “peligro” desde Libia
Según el diario marroquí “Al Masa’e” en su edición
del sábado pasado, citado hoy por “YaBiladi”, Marruecos habrá puesto en marcha
un plan de vigilancia antiterrorista para hacer frente a todos los peligros
terroristas que puedan proceder de Libia, donde, como se sabe, 20 millones de
armas, de todo calibre, habrán desaparecido de los depósitos del ex ejercito
del coronel Gadaffi así como las amenazas terroristas de las que Argelia
(vecina), Siria e Irak son actualmente epicentros.
El rotativo marroquí indica
que el plan se compone de vigilancias terrestre y aérea, que movilizan un fuerte contingente de las Fuerzas Armadas
reales de 80 000 soldados así como medios de teledetección radares
militares y civiles puestos en redes.
La misma fuente precisa al
respecto que un puesto de mando operativo encargado del pilotaje de esta misión
habrá sido instalado en la región militar de Ben Guerir, compuesto de la Sexta BAFRA y muchos centros de
las Fuerzas Reales del Aire.
No cabe duda, ninguna medida
preventiva es suficiente para contrarrestar eventuales acciones terroristas.
¿Lo sabían los que han creado
y siguen financiando y manipulando a estos grupos terroristas en Siria y ahora
en Irak? ¿Qué responsabilidad se les debe amputar, ellos que en un sospechoso
sobresalto afirman ahora querer formar coaliciones antiterroristas y combatir
sus criaturas o parte de ellas, porque insisten en entrenar y armar a otros
grupos que no hayan decapitado a sus súbditos?
Marruecos y el mundo, unos mas
que otros, están expuestos a una amenaza terrorista que, a juzgar por las
reacciones de los que pretenden combatirla, se desconoce su dimensión y lo
que es infinitamente mas grave su
perspectiva, a menos que sea otra de estas fantasmadas destinadas a conquistar
algunos dividendos estratégicos y geopolíticos.
Marruecos, como muchos países
de la región y de fuera de ella, sin grandes medios, en una difícil coyuntura
económica, se ve obligado, para defenderse, debido al desacierto y la torpeza
de unos y los apetitos expansionistas de otros, a dilapidar sus escasos fondos
en luchar contra una lacra que otros se imaginaron en el marco de una
estrategia para someter a los que no querían someterse.
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