Al comienzo la idea (estrategia) era simple pero
diabólica: crear en la mayoría de los países árabes, los tambaleantes y los
ásperos y no dóciles, una serie de “revoluciones” prèt a porter.
Aquello se llamó “Primavera árabe”… y comenzó con
uno de sus símbolos moribundos: Túnez y la inestimable ayuda de “Al Jazeera” y “Al
Arabia” y su carga icnográfica, verdadera arma de destrucción masiva.
Extraño adulterio geo-estratégico entre los petrodólares
e intereses ajenos.
“Si ves acercarse la tormenta, provócala para
controlarla mejor”. La famosa frase de Nicolás Machiavelli fue magistralmente aplicada.
Era el 17 de diciembre de 2010 con la auto
inmolación de un vendedor ambulante llamado Mohamed Bouaziz y su subsiguiente
muerte el 4 de enero.
El 14 de enero de 2011 salía (huía) al exilio,
quien llegó al poder gracias a la máquina infernal de los propios promotores de
su desgracia y posterior fuga hacia Arabia Saudita.
Era el primer eslabón de aquella “primavera”,
concebida, programada y lanzada por los que hoy pretenden combatir a otra de
sus criaturas: Daech.
El 25 de enero de 2011. Es decir 11 días después de imponer la “normalidad”
en Túnez, fue el día del primer mitin contra Hosni Mubarak, que había sido, con
el beneplácito de los diseñadores de la “primavera”, presidente de Egipto por
treinta años y que, tres semanas mas tarde desemboco en la “inesperada” caída
en desgracia del contestado “Rais” y, como su homólogo tunecino, su salida
hacia el dorado exilio en su no menos dorada mansión del lujoso balneario Sharm
al-Sheikh y la paradójica entrega de las riendas del poder a los mismos
generales que habían servido fiel y lealmente a su dictadura durante las
décadas de su poder.
El 17 de febrero del mismo año, una vez garantizado el éxito de la “revolución”
en Egipto con la ida de Mubarak, comenzó, como por magia, un levantamiento
contra el coronel Maamar Ghaddafi que condujeron a un a guerra civil que dura
hasta hoy, la intervención de la
OTAN y un colapso de Libia en tanto que Estado que no se
logra ni detener ni paliar hasta estos días.
¿Libia antes de Siria?
Si. Por un lado para prevenir cualquier sorpresa con una eventual alianza
contra Israel del imprevisible coronel Ghaddafi en caso de extravío de los nuevos
mandatarios en Egipto y porque el carácter compacto del régimen sirio
aconsejaba postergar cualquier acción contra este país.
El tiempo y el curso de los acontecimientos les dieron razón.
Triunfada la “marimorena” en Libia y después de cerciorarse de la eliminación
de un posible obstáculo (el atroz asesinato de Ghaddafi el 20 de octubre de
2011), más exactamente el viernes 15 de marzo de 2011 a raíz de la represión
de manifestaciones anti-gubernamentales iniciadas el 26 de enero anterior,
comenzaba la “revolución” en Siria… que, tres años después y decenas de miles
de muertos aun no ha terminado y no se puede prever su fin.
Todo en su debido tiempo. Nunca antes de terminar en el país anterior. Cada
país estaba programado para una fecha antes de propagar la llama a otro. Lapsos
de tiempo, cortos, pero significativos entre Tune z, Egipto, Libia y… Siria.
Siria puso punto final a la rápida y minuciosamente calculada “Primavera árabe”.
Se necesitaba una alternativa. No se ha esperado. Daech y los demás grupos
y grupúsculos terroristas sirvieron, sirven de pretexto de una lucha antiterrorista
y de paso, se ha encontrado el medio milagroso de volver a Irak “ del que nunca
debimos salir”.
Y… Afganistán, Pakistán, Somalia, Libia, Siria, Irak.
Las guerras de Obama
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