En un histórico discurso ante la 69 Asamblea general de la ONU: El rey Mohamed VI aboga por el respeto de las especificidades de cada país africano



El tema genérico, este año, de la 69 Asamblea general de Naciones Unidas es “El desarrollo humano, después del 2015”. Un  tema bien elaborado ya que abarca al continente africano, sus políticas de desarrollo, sus gobernancias y… sobre todo, sus carencias. Un dominio en el que Marruecos y su soberano han dado un mensaje políticamente muy edificante.
 

Justamente en el mismo momento en que el Jefe del gobierno, Abdelilah Benkiran se disponía a leer el discurso real con esta ocasión ante los mandatarios de los 193 países presentes en la Asamblea general de la ONU en Nueva York, el monarca estaba en Casablanca inaugurando otro eslabón de este desarrollo humano, comenzado por él mismo hace 15 años: la mayor estación ferroviaria de África y África, ya que de ella se trata, ha sido citada muchas veces en este discurso real, en el que el soberano ha evitado evocar, como lo hacen la inmensa mayoría de los mandatarios, las realizaciones de su país para centrar sus preocupaciones fronteras hacia fuera a fin de delimitar la problemática del desarrollo de todo el continente africano.

Como bien lo subraya hoy el diario “Al Ahdaz al Magrebia” “el rey africano invita al mundo a elegir entre el apoyo a la estabilidad en los países en vías de desarrollo y las consecuencias del radicalismo, de la violencia y del terrorismo”.

“Un discurso que supera lo de “políticamente correcto” y que al analizar la problemática del desarrollo humano en África, propone prometedoras propuestas al ‘statu quo” del subdesarrollo que azora actualmente esta cuna de la civilización que es África”, escribe el rotativo marroquí que pasa en revista los mensajes críticos dirigidos por el rey de Marruecos a este Occidente “aspaventero de lecciones” al que agrada dar sus “notas” y calificaciones, discutibles desde todos los puntos de vista.

En efecto, “con su  tono crítico y su desconcertante claridad, observa el diario en un texto introductivo, e discurso del rey Mohamed VI se enmarca en la prolongación del discurso dirigido en Abidján en febrero pasado”.

Más contundente aun, “Akhbar Al Yaum” escribe al respecto que el rey atribuye la responsabilidad del subdesarrollo en África al antiguo colono “que ha explotado sus riquezas y la energía de sus habitantes, alterando los usos y culturas de sus pueblos, sembrado la división entre los hijos de un mismo pueblo y desarrollado los gérmenes de los conflictos entre los vecinos”.

En efecto, “Algunos Estados occidentales, que no han solicitado el permiso de nadie para colonizar a los países del sur, dice el discurso real, refiriéndose al respecto de las especificidades de cada país en su itinerario nacional y de su voluntad  de edificar su propio modelo de desarrollo, en vez de aportar el apoyo necesario a los pueblos de estos países, se obstinan a imponerles condiciones drásticas que obstaculizan su evolución natural hacia el progreso”.

En síntesis: un sincero llamamiento a la justicia a los Estados del Sur, que debería pasar necesariamente por una consideración de Occidente de su concepción (única e inicua) de la problemática de desarrollo.

“Preconizamos pues, concluye el discurso histórico de SM, que el capital inmaterial figura, desde ahora en adelante, entre los principales criterios de medida y de clasificación de la riqueza de los Estados”, para llegar a la idea de que “la evolución de los Estados no debería estar sometida a  ninguna notación o clasificación, sino debe ser percibida y tratada en tanto que proceso histórico, que se basa en las acumulaciones positivas de cada país, en el respeto de sus especificidades.





 


 


 


 

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