Estados Unidos y sus « aliados » han intensificado anoche y esta madrugada sus incursiones aéreas en Siria, con las refinerías controladas por el pretendido “Estado islámico”.
Se trata, según el portavoz
del Pentágono de unos ingresos diarios para el “EI” de más de un millón de
dólares de venta de petróleo en con trabando a “países fronterizos a través de
intermediarios”.
¿de qué nacionalidad son estos
intermediarios y cuales son los países que “trata” con “EI” sobre el plano
comercial, incluso ilegal? ¿Por qué no se ha revelado esto y por qué no se
decretan medidas para identificarlos y, lo que seria lógico y normal,
presentarlos ante un a jurisdicción internacional?
Enigma…
Mucho… muchísimo queda por
aclarar sobre la misión de esta enigmática “coalición antiterrorista” cuyos
planes de ataque llegan a Daech antes de efectuarse y que fue la propia
organización terrorista que lo ha desvelado al desmentir en un comunicado el
balance de sus muertos y heridos “porque este punto había sido evacuado por
nuestras antes”.
El problema no es por quién
fue informado, sino por qué, como y desde donde.
Otro enigma…
En este orden de enigmas,
anoche, el presidente francés François Hollande dijo que los ataques aéreos
franceses contra el “EL” se limitan a Irak y no en Siria. “No se puede hacer
yodo y conviene hacer bien las c osas”.
La acción de Francia, según
él, se limita pues (por ahora) a “una ayuda directa al llamado ejército sirio
libre y a la oposición siria”, ambos solo existen en la imaginación y en la
estrategia de ayuda de los promotores de la actual situación en Irak y en
Siria.
Sin embargo ayer, comentando
el regreso a Francia “sin absolutamente ninguna problema” a pesar de la salva
de declaraciones de los responsables franceses que afirmaban lo contrario, de
tres “yihadistas” franceses: Imad Djebali, Abdelouahed Baghdali y Gael Maurize,
el diario francés “Le Monde” revelaba,
refiriéndose a algunos miembros de sus respectivas familias, que “decepcionados
por la realidad del “Yihad” (guerra santa) en Siria, los tres “mosqueteros”
franceses, decidieron entregarse a finales de agosto pasado a las autoridades
turcas pidiendo que fueran entregados a sus homólogas francesas”.
O sea que la DGSI francesa esta al tanto
de la naturaleza de la guerra en Siria y de la composición de la oposición que
Francia y muchos países occidentales insisten aun en teledirigir, armándola,
entrenándola y lanzándola contra el régimen sirio.
Nada que ver con la lucha
antiterrorista.
Enigma…
No obstante, a pesar de las
mil y una incongruencias que envuelve esta “voluntad” antiterroristas, ningún
esfuerzo, por más tergiversado que fuera, es suficiente para acabar con la
lacra terrorista.
El fenómeno, como diría el profesor marroquí Abdessamad Dialmy al valorar el
terrorismo islamista marroquí: “es un fenómeno multidimensional, a la vez,
económico, religioso, político, cultural y psicológico que puede ser considerado
como un hecho social total”.
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