Las noticias
procedentes de las fronteras sirio-turcas hablan, unas de decenas, otras de
centenares de “yihadistas” fugados de los bombardeos en curso contra las
posiciones de “Daech” en Siria y en Irak, entre ellos decenas de marroquíes,
decepcionados por lo que han visto, vivido y padecido con la organización del
autoproclamado califa, Abu Bakr Al Bagdadi u otras organizaciones terroristas.
Lógicamente muchos
destinos, entre ellos, Marruecos son/se han convertido en altamente arriesgados.
En efecto, una
serie de severas medidas fueron tomadas por las autoridades marroquíes en el
aeropuerto Mohamed VI de Casablanca, y en otros puntos fronterizos para
arrestar a los “yihadistas” arrepentidos o espantados. “45 “yihadistas marroquíes
del llamado “Estado islámico tratan de infiltrarse en Marruecos con falsos
pasaportes”, revelaba en su edición de ayer (jueves) el diario marroquí “Al
Masa’e”, citando fuentes de la seguridad nacional.
De modo que los controles
de los pasaportes, de los equipajes y de los visados de las personas
procedentes de los países europeos fueron reforzados.
En este orden de
ideas, según el mismo rotativo, órdenes internacionales de búsqueda y captura fueron emitidos para con 45
“yihadistas” (de Daech o de Nasra) de origen marroquí.
Informes de los diversos servicios de seguridad de países europeos afirman
que muchos miembros del “Estado islámico” recurren a la astucia de utilizar
falsos pasaportes para acceder a algunos países, entre ellos, Marruecos.Una vez más pongamos el acento en la imperiosa necesidad de la indispensable
implicación del sector religioso (ulemas, sermones de la oración solemne del
viernes y diferentes hombres de religión).Todos los informes sobre la biografía y formación de los “combatientes” marroquíes
de Daech u otros grupos terroristas en
Siria o en Irak son unánimes en señalar que se trata, o bien de jóvenes con expedientes
judiciales, buscados por la ley o bien analfabetos, fácilmente moldeables por
los profesionales de la falsedad y de la manipulación, de donde la indispensable intervención
de los doctos en la materia para explicar a los postulantes y a los
introducidos en el error su extravío y contrariedad a la religión, a las leyes
en vigor en sus países, a la moral y a la ética musulmanas.
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