Acusado de visitar secretamente este verano dos veces Marruecos Destituido el ministro de Estado y consejero especial de Bouteflika
No. No es fácil tratar de
reconciliar a Marruecos y Argelia. Para intentarlo se necesita mucho valor,
mucha abnegación y mucho sentido de sacrificio.
Como para el caso de Ghardaїa
(objeto de uno de nuestros recientes artículos), Marruecos juega el papel de
actor de la sombra para los conspiradores y la prensa, próximos del poder en
Argelia.
Así quedó claro con la
exclusión del ministro de Estado y consejero especial del presidente argelino,
Abdelaziz Belkhadem al sospechar los servicios de inteligencia militares
(visceralmente hostiles al vecino marroquí) haber efectuado este verano dos
visitas secretas a Marruecos para, según medios próximos del poder en Argel,
citados por “Yabiladi”, entrevistarse con “personalidades próximas de palacio
sobre el Sahara y el estado de salud de Bouteflika”, acusaciones que tienden a
presentarlo como un “traidor” ante la opinión publica argelina.
Una sorpresa para el microcosmo
político-mediático argelino … para la razón y para el sentido común.
Desde Rabat ningún comentario…
El excluido Belkhadem quien
asumió altas responsabilidades durante los últimos 40 años en su país, lo ha
negado todo, afirmando que nunca visito Marruecos y nunca se entrevisto con
nadie, asumiendo incluso todas sus incongruentes posturas de su pasado político
en Argelia.
Citando fuentes en Argel, la
agencia palestina Al Qods Press, cree saber que la destitución del ex primer
ministro, ex ministro de exteriores y ex presidente del FLN, el escaparate
político del ejercito argelino, seria la obra del hermano del presidente, Said
Bouteflika, hombre fuerte del, palacio Al Mouradia, basándose en “informes
securitarios” al respecto.
Tanto él (Abdelaziz Belkhadem)
como el resto de la nomenclatura política en Argel saben pertinentemente que su
reciente participación en una universidad de verano de los principales partidos
políticos argelinos y su amistad (de notoriedad pública) con el enigmático jefe
del departamento de inteligencia y de seguridad (DRS) en conflicto abierto con
Bouteflika, han servido de pretexto para “liberarse” de este experimentado
político con un respetable capital de respeto y de simpatía ante los argelinos,
especialmente de temática islamista.
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