A raíz de una larga serie de
reveses en la cuestión del Sahara Occidental Marroquí, el ultimo del cual fue
en Washington con la Cumbre EEUU/África
cuando, en sus vísperas, Argelia pidió la participación de su Polisario,
recibiendo como respuesta de los responsables americanos: “Si invitamos al
Polisario deberemos invitar a AQMI (Al Qaida en el Magreb) y a los incontables
“frentes” de liberación en la
República centroafricana, en Liberia, en el Congo, en Malí y
en, prácticamente todos los países africanos”.
Además, eso lo decimos
nosotros, en la Cumbre
de Washington cada país estaba representado por un escaño y no se podía
conceder a Argelia dos escaños porque el Polisario es una sub-Argelia.
No. La Cumbre de Washington
afro-americana era asunto de países y no de entidades prefabricadas, en este
caso, argelinizadas.
A raíz de este y otro revés en
su unilateral y encarnizada guerra contra su vecino marroquí, sabiendo que poco
le queda aun que pretender sobre esta, para sus oficiales superiores y
servicios de inteligencia, “vaca lechera” que es el Sahara Occidental Marroquí
a la que muchos de ellos llegaron no encontrando donde caerse muertos, siendo
actualmente multimillonarios en dólares y euros, gracias a la “ayuda”
internacional y al contrabando de todo tipo… hasta de ideas, convicciones y
posturas.
A raíz estos sucesivos
fracasos y de esta incapacidad e impotencia de tergiversar más y de hacer
frente a la verdad y al derecho internacional en la cuestión del Sahara Occidental
Marroquí, Argelia optó por cambiar el escenario de su guerra contra Marruecos:
el tráfico ilícito de drogas.
De modo que, tratando de
olvidar que fue justamente Marruecos que hace más de dos meses comenzó la
construcción de una berrera alambrada de 70 Klm en la frontera con Argelia y
haciendo oído de mercader ante las evidencias de la ONU como la ONUDC que llevó a cabo en
toda libertad, transparencia e independencia una investigación en un Marruecos
abiertos par en par, reconociendo posteriormente que los colosales esfuerzos de
Marruecos han permitido reducir las superficies cultivadas de 134 000
hectáreas a 47 000 (o sea -65%) y que la tenaz lucha contra las redes de
trafico ilícito de drogas (muchas de las cuales dirigidas precisamente por
argelinos) ha arrojado como resultado que en los últimos seis meses, por ejemplo,
más de 100 toneladas de ‘chira’ fueron incautadas y 98 redes de
narcotraficantes fueron desmanteladas (muchas de ellas, como acabamos de decir
son argelinas, encontrándose actualmente en prisiones del reino sus cabecillas.
Una vez más, los hermanos argelinos,
desgraciadamente para todos, se equivocan de guerra, de enemigo y de la causa
para combatirlo.
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