El pasado día 12, más de 900 personas
fueron socorridas en mar por la Guardia
Civil española. En pocos días, 1 200 individuos fueron
encontrados bogando en plena mar en frágiles pateras.
Tanto para la prensa andaluza
como La Voz, como
el diario de referencia en España, El País, esta ha sido una ocasión “propicia”
para despertar a todos los demonios de la morofobia, insinuando, unos,
“afirmando” otros cierta “permisividad de Marruecos” que según el rotativo madrileño
“facilita la mayor ola de pateras de la historia”.
El País, entre otros, da
incluso simulacros de profesionalidad. “Citando” una fuente próxima a la
agencia europea de vigilancia de fronteras Frontex, afirma que “la gendarmería
marroquí dejó de patrullar en las costas norte del país y el ejército ha dejado
de vigilar su zona marítima”.
Fértil imaginación. Como si la Gendarmería real
marroquí está pagada para vigilar las fronteras españolas y no para ninguna
otra tarea nacional marroquí. Y como si Marruecos, además de ser el cubo de
basura de España en materia de la inmigración clandestina, no debe tener otras
prioridades que ser el guardián de las fronteras porque a lo mejor, aunque no
lo sabemos, le pagan por esto.
Por su parte “El Mundo”
(aunque esto, viniendo de donde viene no debe sorprender a nadie) suelta otra
alucinación infinitamente mas incongruente: “Hay un atasco de gente estacionada
en Marruecos desde hace tiempo y que el país (Marruecos) desea aliviarse de la presión”
divaga el diario español antes de desvariar: “Además, las autoridades
marroquíes están nerviosas en cuanto a la epidemia de Ebola”. España no. El
Mundo loquea: “Es imposible que tantas pateras puedan salir en un solo de día
si Rabat no lo haya querido”.
Una conclusión que más que
irritación inspira humor e ironía.
Los moros que somos, no
sabíamos que éramos domésticos de los españoles que debemos velar por su
tranquilidad y su “respeto” de derechos humanos.
En serio: ni La Voz, ni El País ni mucho menos
El Mundo ni ningún rotativo del país vecino ha juzgado necesario respetar la
deontología y los principios éticos de la prensa, consultando fuentes oficiales
en España (y si les sobra tiempo y ganas y quieran honrarlo, a Marruecos) ni
recordando que hasta ahora hay un recurso judicial (una denuncia) de
organizaciones de la sociedad civil española denunciando el papel de Marruecos
en la “represión” de los inmigrantes clandestinos que desean atravesar hacia
España. Ni lo que nos cuesta a los moros luchar contra la inmigración
clandestina para dejar tranquilos a los españoles. Ningún órgano de prensa en
España ni ningún medio de comunicación público, social o privado se ha
preguntado ¿de donde vienen estos inmigrantes? Ni se ha parado a pensar un
instante…solo un instante en la afluencia subsahariana diaria a Marruecos procedente,
impulsada, orquestada y teledirigida de Argelia, sin que ninguna autoridad
marroquí, prensa u organizaciones de la sociedad civil se pusiera a repartir
acusaciones (que serian justas y justificadas) contra los responsables
argelinos.
¿En qué quedamos?
Para la emigración legal e
ilegal en Marruecos hay dos fronteras: la principal entre Marruecos y Argelia y
la secundaria a pesar de la constante morofobia y miopía de muchos, entre
Marruecos y España.
Tanto el gobierno, como los
partidos políticos españoles son unánimes en el papel extremadamente eficaz y
constructivo de Marruecos en la lucha contra este flagelo del siglo 21 que es
la migración irregular. Otra cosa serian consideraciones de orden político o
ajustes de “cuentas” de… cachondeo.
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